Yo.... ¡Yo que soy una santa!
Vienes a mí, pidiéndome, implorándome que te absuelva,
que te de la paz interior que necesitas.
Yo, que soy el antagonismo de la mujer que tienes
en casa.
Yo, que independiente cual gato, solo busco la ternura
cuando lo hallo.
Y tu... Vuelves.
Vuelves a mi cada día, cada madrugada, despertándome con
tus golpes en la puerta.
Criatura inocente, criatura cándida...
Vuelvo a ser yo, quien te deprava por dentro y tú cavilas
que es tu salvación.
No por rezar, el santo se hace más santo.
Ni no todo lo bueno es tan bueno.
~
~
No pretendo vislumbrar una luz al final del túnel Aun me queda mucho por hallar y descubrir como para ver esa luz. Pero, hay un matiz diferente en esa luz ahora.
Me dispongo a crear un pequeño relato que, cuando termine, subiré parcialmente.
Es solo una idea, apenas se si tendré la imaginación tan activa como para crear algo.
Señoras, señores...
Amén.
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