Zapatos de suela roja.

Cuando deje de oír sus pasos el valor me inundo y quise ir tras él. Me puse en pie y entonces Ryan salió del estudio. No parecía muy contento y creía saber porque, lo había rechazado al ver a Víctor.

-¿A dónde vas?-hablo fuerte dejándome claro su estado-Para que pregunto, seguro que ibas en busca de Víctor...

Estuve a punto de cerrarle la boca de un bofetón o de decirle algo, pero me freno en seco cuando hablo.

-Te demostrare algo que él no tiene- agarrándome del brazo tiro de mí.

Acababa de ser grotesco y mal hablado y estaba temiendo al sentido de sus palabras.

Forcejee en cada paso que dábamos y sin darme cuenta pasamos frente a un arco que daba paso a una sala de estar bastante vacía, por no ser  que Víctor estaba allí. No me di cuenta de su presencia hasta que la silla en la que estaba sentado chirrió al ponerse en pie.

Ryan lo paso por alto, pero yo me quede quieta mirándolo hasta que volvió  a tirar de mí haciéndome tropezar.

Entre en una habitación, o eso me pareció al escuchar la puerta cerrarse y verlo todo oscuro. Mi visión había sido reducida por causa de la falta de sangre. Ryan seguía a mi lado cogiéndome fuerte, encendió una luz y vi a dos pasos de mí unas escaleras que descendían. Un trastero supuse. No quise pensar que me haría.

Al bajar las escaleras note algo diferente, era un olor, una densidad en el ambiente que me cargaba el pecho y lo hacía pesado. Me escuche emitir un leve gemido al notar mis colmillos en su plenitud. Ryan también los lucia mientras se reía egoístamente, cosa que no tenía sentido.

Me había soltado y no me había dado cuenta de ello cuando llegue al final de las escaleras.

-Hace unos días lo cace para ti, no se me presento la oportunidad de dártelo, pero sí de que lo probaras. Espero que lo disfrutes tanto como el vaso que te di después de la noche en el establo.

Me señalo hacia un lugar el cual estaba medio iluminado, note que algo se movía secamente cuando Ryan, que iba detrás de mí con un candelabro, hizo verme de que se trataba.

-¿Que...?

En el momento en el que hable, la persona que había colgada boca abajo se zarandeo antes de que Ryan le sacara el saco que le cubría el rostro.

Mi sed en ese momento desapareció y quise echarme hacia detrás. Ryan no me dejo al tenerle en la espalda pegado.

-No me hagas esto, seré tuya, lo que haga falta seré, pero no me hagas esto.-tenía un brazo en mi cintura rodeándome dejando su mano sobre mi estomago.

-Rondaba por aquí cerca, y como te dije, no te alimentarias sin mi permiso. Aquí tienes, para beber de  él.

-¿Como sabias que él...?

-Víctor me conto el fortuito encuentro, y decidí traértelo.-su mano presiono en mi estomago-estas sedienta...adelante.

Me dio un pequeño empujón.

-¡No!-grite con todas mis fuerzas-Ryan hare cualquier cosa, pero déjale-me gire y le vi sonreír.

-Me ha contado como lo salvaste, y ahora sé quién eres, por lo que quiero que mates a tu padre y a todo aquel que haga falta para hacerme con el poder de Francia.-se acerco a mí.

-¿Qué? Yo... ¡No puedo matar a mi padre!-él me cogió por la cintura pegándome a su cuerpo.

-Entonces le mataras a él- no pude esquivar a tiempo su boca y mordió mi cuello.

Grite como si me fuera la vida, y lo cierto es que me la  estaba jugando en ese preciso instante.

La puerta del sótano empezó a ser golpeada con fuerza, por lo que fue un momento de caos en mi cabeza.

-Lo suficiente como para que de aquí a media hora te sea imposible resistirte a su sangre- antes de soltarme me dio un beso en los labios dejándolos manchados de mi propia sangre.

Cuando dejo mi cuerpo me tambalee algo exhorta y desorientada, aprovechando para marcharse y dejarme allí encerrada con una luz de aceite.

A toda prisa me tape el cuello para que dejara de chorrear sangre mientras miraba por donde podía escapar, fui sumamente idiota, al saber que como mucho allí habría una ventana de barrotes de acero, ya que era donde a su vez estaban los calabozos que una vez visite.

Madame.B