Llevaba cerca de una semana siguiendo la rutina torturadora. En mi celda, había habido varios casos de resfriados, aunque varias aun no habían vuelto y no sabíamos el por qué. Eso de ser preso no implicaba tener información privilegiada, por supuesto. Entre ellas Elisa había sido trasladada a enfermería. Curiosamente había habido retrasos en la extracción de sangre, y caminábamos durante más ratos. Aparte de la comida-Ya mejorada en su momento- no había percibido nada más. Llegaba cansada cada vez que salía, y me salían rojeces más rápidamente. Elisa volvió una mañana, con ojeras y mucho más delgada de lo que ya estaba. No le daban mucho de vida y había pedido entrar en la celda para quedarse allí.
-¿Elisa, que pasa?-Me acerque a ella.
Estaba apoyada contra la pared y le costaba mantener la cabeza en su sitio.
-He caído enferma, y no me dan mucho…-Consiguió mantenerme la mirada por un momento.
-¿Enferma, de qué? Vamos Elisa, no puede ser tan grave, no salimos, no nos exponemos al sol, no hacemos nada para ponernos en riesgo-Le sujete el rostro para que siguiera mirándome.
Los demás, nos miraban sin comprender, aunque había algunos que también querían acercarse y despedirse-
Aunque no se conocieran de mucho, pero Elisa era un sol- .
Ella se limito a mirarme y a mirar a los demás, como una señal de que se acercaran. El compañerismo apareció, y se fundieron en un abrazo como ultimo adiós. Cuando todos le dirigieron algunas palabras, ella me miro y susurro levemente;
-Sangre…
Suspiro y aparto la vista para cerrar los ojos y apoyar la cabeza para descansar.
-No te duermas ahora-Intente zarandearla de los hombros- ¿Por qué sangre?
Respire hondo, las palabras me dejaban exhausta y sin fuerzas al salir tan deprisa de mi.
-Elisa…-La llame por última vez.
Pero nada, no sucedió absolutamente nada. Tenía que llamar a Annie, ella tendría que hacer algo.
-Annie… ¡Annie!-grite, y un guardia abrió la puerta golpeado la porra contra una de sus manos.
-Solo quiero que la ayuden-Retrocedí y mire a Elisa.
Antes de que el tipo se me echara encima, Annie lo freno y miro hacia dentro.
-Annie, por favor-Señale a Elisa- No responde.
Ella me miro con tristeza, mientras que ordenaba al gorila que cogiera a Eli en brazos. Antes de que cerraran la puerta intente correr para dejarla entre abierta.
Espere a que los pasos dejaran de ser audibles para comprobar si había conseguido dejar la puerta abierta. Tras empujar levemente la puerta, esta cedió y me dejo salir. Aquello era una locura y lo sabía, pero le había pillado un cariño terrible a aquella chica tierna y débil y la había tomado como mi hermana pequeña. Cuando conseguí pegarme a la pared, la recorrí más o menos por mi instinto hasta lograr llegar a ver la puerta de enfermería que estaba casi abierta de par en par. Al mirar en el interior, me vi a Annie postrada casi totalmente sobre Elisa, como si estuviera tirando de ella con la boca y…
En ese momento me pillaron de los pelos y me pusieron en pie.
-¿Pero tú qué haces fuera de tu celda?-Preguntaron.
-Lo mismo que tú por estos sitios, jodiendo-Gruñí al notar el tirón de pelo e intente zafarme de las manos que me agarraban.
Me arrastraron casi por todo los pasillos, hasta que dejo de hacerlo y me soltó para ordenarme que le siguiera. Antes de hacerle caso, me detuve y mire su rostro.
-Tu-Dije sorprendida-¿Otra vez? Me esperaba a alguien distinto…
-Claro-Me cogió una mano y tiro de mi-¿Quieres seguirme?
Lo seguí como me ordeno hasta un lugar que desconocía, bajamos escaleras, y doblamos varias esquinas, hasta estar en una habitación oscura iluminada por un par de míseras velas.
-¿Qué hacemos aquí?-Mire a mi alrededor.
-¿Qué has visto?-Pregunto sin respuesta.
-Creo que estoy en ventaja puesto que te he-Coquí aire-Preguntado yo antes.
Las escaleras y la carrerita me habían dejado sin aire. No me dijo nada más, por lo que tuve que ceder a contestar.
-He visto…-Intente recordarlo-Es un poco raro, pero Annie estaba como encima de Elisa y…-Dude antes de decir nada, lo que había visto era extraño.
-¿Nada mas?
-¿Es que habría de haber más? No sé lo que he visto, era raro, extraño.-Me encogí de hombros con una mueca.- ¿Qué está sucediendo?
En ese momento evito la mirada, y miro al suelo.
-No lo sabemos. Estáis cayendo como si fuerais moscas.-Se sentó en el suelo y miro al techo.
-¿Estáis? ¿Y vosotros?
-Somos inmunes a ese virus, seguramente.-Contesto sin sentido.
-¿Inmunes? ¿Quieres decir que, os habéis vacunado?-Apoye mis manos sobre las rodillas agachándome.
-Claro que no… A vosotros os ataca cualquier cosa, sois mucho más débiles, y vuestro cuerpo no puede defenderos de nada.
-Oh, claro-Seguía sin tener mucho sentido, pero que se le iba a hacer.-Por favor, la próxima vez que tenga que echar a correr avísame, que cogeré mas aire.-Suspire.
-¿Qué pasa?-me miro.
-Que me he cansado-Reí, aquella risa estaba oxidada, de tan poco usarla.
Este se incorporo y se inclino hacia mí.
-¿Desde cuándo te cansas tanto?
-Pues… no lo sé, hace días que me noto cansada, aunque comprenderás que no duermo bien sobre un suelo duro y frio…
-Vamos a ver a Annie, seguro que ella sabrá que hacer.-se levanto e intento ayudarme-Aunque fallidamente, me levante sola-y luego salió camino a enfermería.
Creo que aborrecería aquel lugar tanto como mi celda.
Madame.B
Me encanta, manteniendo el misterio, levantando hipótesis.
ResponderEliminarYo ya voy teniendo alguna xDD
Un saludo :)
Yo me quedo con la misma incógnita. Solo supongo que también está enferma... T.T tengo que saber más, no me puedes dejar así, mala, que eres mala ¬¬ Pero te quiero xDD eso ya lo sabes jaja
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