martes, 7 de mayo de 2013

Déjame clavada en la cruz.


No me mires así.
No me mires como si hubiera atropellado una sarihuella en una carretera desierta, donde la única señal es la de ruta 66.
En un motel, tu y yo no somos quien para juzgar al otro. Pero algo sabemos, y es que nuestros cuerpos son capaces de recibir placer por el que cada uno tiene enfrente.
Las luces centellean, parpadean frenéticamente, y aunque yo te mire con una simple caída de parpados, siento que pierdo demasiado cada vez que mis ojos se cierran y se vuelven a abrir, bebiéndome tu presencia, tu esencia, mientras mi piel te grita aullando que pases tu humeda y caliente lengua por cada centímetro de mí.
No es fácil. 
Me has juzgado, y no he matado. 
Solo he alzado mi pulgar en un lateral de esa carretera, solo me he montado en tu Cadillac y he dejado entrever mi liga.
No me mires así, aunque no sienta ya pudor. No me respires porque me asfixio.
 Solo tócame, atraviésame y déjame clavada en la cruz del placer por una noche.























X.

1 comentario:

  1. Un encuentro fortuito y esporádico, con demasiadas promesas entre líneas. Es más placentero la morbosidad entre desconocidos que las ganas de practicarlo.
    Me ha encantado, ya lo sabes ;)

    Un beso, cielo.

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Creyeron que podían usarme y tirarme. Intentaron hacerme pequeña. Sufrí muchas humillaciones, pero ahora estoy por encima de todo. Sí, el precio que pagué fue toda mi mida, pero al fin hallé una salida. Y si de lo malo puede salir algo bueno, el pasado descansa en paz. "Marilyn monroe"