miércoles, 8 de diciembre de 2010

Una respuesta.


No hice más que abrir los ojos y agarrar de la muñeca a aquel que se acercaba a mi cuello con mano firme.

-No, espera-Dijo el hombre al que miraba.

El otro que se encontraba a mi lado, tenía la intención de obligarme a soltar al otro. Cosa que no hizo ante la orden de su voz.

No pude más que clavar la mirada en sus ojos.

-tranquilizaos, solo quiero retiraros la cruz que lleváis en el cuello.

Pero no afloje la fuerza. Sin en cambio, el otro hombre al cual aun no había mirado, quito de mi cuello aquello y lo arrojo entre los árboles.

La cabeza poco a poco dejo de darme vueltas y a razonar un poco más. Aunque seguía mirándole, él no retiro la mirada que yo le mantenía. No parpadeé en ningún momento, no sabía qué era lo que se podía pasar por mi mente. La tenía completamente en blanco. Él se acerco a mí, inclinándose y  obstruyendo la luz de la luna que caía sobre mí.

Se acerco hasta el punto de poder besarme, reaccione clavando una de mis manos en la tierra. Mi cabeza se elevo escasos centímetros pegándome a sus labios. Mis ojos le miraban, al igual que hacia él. Pronto una sensación despertó dentro de mí, e hizo buscar algo dentro de su boca.
El beso se profundizo y pensé que aquello era excesivo, pero mis dientes mordieron su lengua y pronto trague un líquido salado y amargoso. Asqueada separe la boca de la suya, y no quise tragar mas.

-¡Deberías haber esperado a llevarla hacia la casa!-Grito una voz.

-Así será más divertido-Dijo él secando su boca y sonriendo macabramente.

Me incline hacia un lado para echar de mi boca aquel asqueroso sabor. Para mi sorpresa la tierra estaba teñida de blanco. Nieve. Pero no tardo en quedar manchada de rojo.
Me removí inquieta gritando.

-¡¿Qué es esto?!-Quise levantarme para poder echar a correr, pero me agarraron de los brazos y piernas.

Empecé a toser, cada vez me dolía más la garganta y la cabeza. Sentía como mil dagas ardientes clavarse por cada rincón de mi piel, haciendo exclamar de dolor.

-Ryan, hay que llevársela ¡Ya!

-Tranquilízate, ¿Quieres?

Uno de mis alaridos fue excesivamente alto y ambos se callaron en mitad de su pequeña disputa.

Logre escuchar ladridos de un perro, y visualizar  no muy lejos la luz de una lámpara de aceite encendida. Entonces, antes de que mi voz afilada cortara tajante mi garganta en una auxilio, ellos me tenían en un carruaje y amordazada.

Iba echada en uno de los asientos, y conmigo al chico que aun no había visto. El me miraba preocupado, y yo  me retorcía cada vez que el dolor recorría mi espalda.

-No dura mucho-Susurro mientras miraba por la pequeña ventana para controlar al otro hombre.

Con cuidado retiro la mordaza de mi boca.

-¿Quiénes sois…?-Dije en voz muy baja.

-En otro momento lo sabrás-Me aparto el cabello de la cara dejándome ver aun mas.
Instintivamente me retire.

-Dejadme ir, lo suplico…-En ese momento reprimí un grito convirtiéndolo en un suspiro.

-Sois como una bomba en este momento, si os dejara ir, cometerías errores demasiado graves a estas alturas.

-No hables con ella-La voz del hombre nos sorprendió a los dos y el chico volvió a ponerme la mordaza con una expresión triste.

A Aquel chico jamás lo había visto, sin en cambio aquel que me beso, era a quien había visto la última noche de que me dieran por muerta. Aun no sabía que pasaba, ni que me ocurría, ni si quiera i todo tenía una explicación. Sin en cambio me dedique a analizar. Aquel chico del cual aun no sabía el nombre, tenía el cabello igual de largo que el otro hombre, aunque su color era distinto, de un color rubio con algunos trozos más oscuros-quizá por el juego de luces de la noche-. Aquello hacia que sus rasgos fueran un poco más duros, sin  en cambio sus ojos levemente rasgados, eran dulces, almendrados, pero escondían algo muy oscuro.

En algún momento deje de moverme, de gritar y de sentir. Ya que me encontré de nuevo con una habitación medio a oscuras, aunque no me impedía ver la oscuridad, por lo que lo veía todo perfectamente.

Al incorporarme mis movimientos fueron rápidos y silenciosos, por lo que me moví más de la cuenta y acabe sentada con los pies fuera de la cama. Al ver mis pies, vi el color pálido en mi piel, y algunas venas un poco más marcadas de lo habitual. Cuando mire a mí alrededor no reconocía el más mínimo detalle, por lo que empecé a asustarme, note como mi cuerpo no necesitaba el aire, y como muchas de mis funciones vitales se habían visto reducidas.

Empecé a escuchar pisadas en el techo, a escuchar sonidos que nunca jamás me había parado a escuchar.
Estuve horas quieta, estática, escuchando, mirando cada mota de polvo que había a mi alrededor. Aquello era extraño, y parecía que estaba enferma mentalmente.
El ruido de pasos se acentuó en mi cabeza, y el picaporte de la puerta emitió un pequeño chirrió que me hizo cerrar los ojos.

Los pasos se aproximaron y de golpe me vi zarandeada del brazo y siendo arrastrada.

-¡Soltadme!-Grite cuando caminaba a trompicones por un pasillo.

El hombre de melena negra, Ryan, no dijo palabra ni pareció parar un instante para mirarme.

-Ryan, suéltala.

Una sombra se apareció frente a mí convirtiéndose en la figura del chico joven, quien empujaba al otro haciéndole soltar mi brazo.

Me tambalee hasta encontrar la pared como apoyo. Ambos se vieron enfrentados en un duelo de miradas, hasta que uno hablo.

-¿No te das cuenta que puede matarnos con tan solo chasquear los dedos?

Entonces el otro rio.

-¿Ella? Ryan, deja que empiece a normalizarse la situación, entonces podrás proceder, hasta entonces, déjala tranquila.

Los ojos negros de Ryan me miraron.

-No la protejas tanto, no pienses en lo que es imposible.

-Lárgate.-en ese momento se volvió hacia mi tendiéndome la mano-me ocupo yo de ella.

-Víctor, ándate con cuidado.

Cuando quise mirar a Ryan de nuevo, ya no estaba allí. Víctor, como se llamaba el chico joven, me seguía tendiendo la mano y me miraba esperando de mí una respuesta.




















Madame.B.

1 comentario:

  1. Qué situación más rara... Qué quieren esos dos?
    Ves, ahora me dejas con la intriga T.T

    A ver si actualizas mañana xD


    TQQQQQQQQQQQQQQQQQQQQQQ

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Creyeron que podían usarme y tirarme. Intentaron hacerme pequeña. Sufrí muchas humillaciones, pero ahora estoy por encima de todo. Sí, el precio que pagué fue toda mi mida, pero al fin hallé una salida. Y si de lo malo puede salir algo bueno, el pasado descansa en paz. "Marilyn monroe"