Pasaban los días y Víktor no se había vuelto a ir. Al contrario, después de mi primer intento por vengarme de todo aquel tiempo en el que él se iba con otra, ahora solo salía lo justo para ir al trabajo o sacar la basura.
Ahora era yo la que deseaba verme con otro hombre. Miraba día y noche por la ventana esperando ver pasar su coche, pero nunca aparecía.
Una noche en la cual el viento agitaba fuertemente los árboles del jardín y amenazaba con la llegada de una tormenta, Víctor me abrazo por detrás. Me sobresalte sin esperar su contacto en aquel momento en el que mi mente vagabundeaba por otro mundo.
Era basto y demasiado bruto, cuando lo conocí no era lo que a día de hoy es. Era tímido, simpático y falto de cariño. Ahora con el paso del tiempo, todo eso se ha vuelto a su contra y era desvergonzado, siempre mal humorado y amante de toda mujer.
Me empezó a hacer daño con la gema de sus dedos clavadas en mi cadera, sus besos me eran repugnantes.
Por la ventana vi el paisaje oscurecerse y la luz de las farolas temblaba con cada golpe de aire que cada vez era mas y mas fuerte.
Metió sus manos por mi camisón, intente separarme pero volví a sentir el dolor de sus dedos clavados en mis pechos.
Un relámpago ilumino la calle junto con una silueta, la tormenta estaba cerca. Quite sus manos de mi diciéndole que no.
Me empujo contra la pared y agarro mi rostro con una mano haciéndome mirarle a los ojos. Sus ojos estaban inyectados en sangre y su rostro daba pánico.
Sentía como mi cuerpo era insultado, manoseado y manipulado sin cuerda que sujetara a esta marioneta.
Forcejee, pero fue lo peor que pude hacer, pues su reacción fue golpearme y gritarme asustándome y quedando helada por su voz.
Grite haciéndome añicos la garganta. El móvil que siempre llevaba en la mano había caído al suelo abriéndose y mostrando el mensaje que quería enviarle. Víktor dio un paso hacia atrás pisando así mi móvil y dejándolo partido en dos.
Me he levantado con una mejilla amoratada y varias magulladuras más en todo el cuerpo. Cuando me desperté no había nadie en la cama tan solo una nota que decía; “Volveré sobre las siete. Tranquila, tendremos tiempo de acabar lo de anoche”.
Rompí a llorar, recordando cada golpe haciendo añicos la promesa de que no saldrían mas lagrimas de mi.
He pasado todo el día sentada en la escalera, apoyada contra la barandilla y haciendo trizas la nota que me ha dejado. La ira corre por mis venas, pero el miedo la aniquila. La puerta suena, alguien llama. No he abierto ni al cartero, así que no tengo intención de dejar entrar a nadie.
-¡Catheryn!
Parpadee varias veces, el corazón latió fuerte y energético. Era su voz.
No. No podía verme asi y hacer que se apiadara de mi dándole pena. Esa no era yo. Tres golpes volvieron a retumbar en mi mente.
-Abre, por favor, se que estas hay.
vale... me he quedado muerta...
ResponderEliminarno tngo mas palabras xD