viernes, 9 de julio de 2010



Caminaba lentamente por un pasillo el cual las paredes estaban bañadas de rojo. Mis dedos se impregnaban de aquella sustancia que me hacia estremecer. El olor era dulce y tentador a dejar la imaginación libre.

Había una pequeña luz tenue al final que indicaba el camino. Cerrando los ojos, sabría llegar al lugar al cual mi mente me arrastraba siniestramente. Una de mis gemas noto el liquido caliente, aquella era reciente, me lleve la mano a los labios, empapándolos de sangre, y humedeciéndolos con ella.
Al final del pasillo, una gran sala decorada como en épocas pasadas, parecía acogerte con ni si quiera poner un pie en ella.

El aroma era intenso, pero no enloquecedor. Camine hasta adentrarme en una habitación oscura. Al cerrar la puerta, el aroma hizo revolotear en mi interior el ansia de vivir. Estaba tensa, cuando una llama apareció frente a mi dibujando tras de si una silueta de hombre. Este tenia la cabeza agachada, y al mirar a mis ojos, sentí un calor inundar mi cuerpo.

Mis ojos vieron cuerpos abiertos de par en par, sangrando por sus órganos. No lo pude reprimir, mi garganta dejo escapar el gemido que tanto guardaba al oler el enloquecedor aroma.
Me extendió una copa llena de los líquidos que emanaban de aquellos cuerpos. Al alargar mi mano para coger dicha copa, me amarro por la cadera, pegando a él. Brindamos y nos bebimos la sangre en apenas cuatro tragos. Tire la copa al suelo y clave mis uñas en su nuca. Le bese y note como en el interior de mi boca, el sabor de la sangre se intensificaba.

Me sentó en el borde de cristal que lucia una gran mesa, allí, me abrió las piernas subiendo mi ropa.
Su lengua no dejaba de recorrer mi cuello y el ovulo de la oreja. Sus colmillos rozaban mi fina piel de marfil, con la intención de morder mi arteria.
Su mano posada sobre mi pierna,  se adentro en mi interior a la vez que él mordía mi cuello con fuerza.

Echados unos sobre el otro, la sangre mancho el cristal transparente dejando un gran charco donde ambos éramos victimas de la muerte y el placer.















X

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Creyeron que podían usarme y tirarme. Intentaron hacerme pequeña. Sufrí muchas humillaciones, pero ahora estoy por encima de todo. Sí, el precio que pagué fue toda mi mida, pero al fin hallé una salida. Y si de lo malo puede salir algo bueno, el pasado descansa en paz. "Marilyn monroe"