Correr.

Tras llevar una largo tiempo en busca de la libertad, sentir la ansiedad por respirar aire de verdad, llego el momento de escapar.
Puedo sentir los pájaros cantar, el agua chapotear, y la risa de niños sin cesar.
El aire me ha recibido con una brisa de aire calido, haciendo que los trozos de tela atados a mi cuerpo se alzaran dejando transpirar los poros de mi piel.
He lanzado las esposas que me ataban a ti y con ellas el sufrir, el agua las tragó como una roca hundiéndose en el infinito del océano.
Si es por mí por quien suplicas al cielo, deja de mentir. Te ara falta allí donde tu alma sea condenada, pues tus rezos te aran falta. Puedo vivir de lo que hago sentir, no siento remordimiento por ello, solo el extraño ósculo de la muerte en mi corazón.
Sé, que mi cuerpo busca sin cesar las manos que conocían sus rincones, y que mi piel anhela quedarse impregnada de tu olor. Pero mi corazón dicta ya otra decisión.
Si no sabes lo que es traición, búscalo al lado de dolor.