Una pequeña brecha.

He vivido en paraísos infinitos. En lugares inhóspitos para cualquiera. He amado a la belleza insospechable, a la perfección. Lo puedo tener todo, y lo he perdido todo. Odiado, temido, amado, y venerado soy…

La sigo en un atardecer sombrío y oscuro. El sol no ha tardado en ocultarse tras la montaña que hay poco más lejos de un par de quilómetros. Ella corre mientras con sus delicadas manos agarra sus faldas para no tropezarse.

La fiesta ha sido larga y austera. Pero pienso que ha valido la pena por lo que hago ahora.

La escucho reír, una voz dulce y femenina, mira de vez en cuando hacia detrás y no oprimo mi sonrisa maliciosa.

Cada paso que da hace que sus mechones floten en el aire y azoten delicadamente su pálida piel. Veo su corsé ceñido a su cintura y como las cuerdas se bamboleando de un lado hacia otro. Mis pasos son mas rápidos y seguros a la vez que acaricio los arbustos de aquel laberinto para no perderme aunque perdida tenga ya la cabeza. La consigo alcanzar y toco su brazo una milésima de segundo, la aferro con ansia y se me escurre entre los dedos entre más risas.

Como la necesito, como la quiero, como me mortifica.

No llevo chaqueta y eso me da igual, visto una impecable camisa blanca junto con un chaleco negro y un reloj de cuerda colgando en el bolsillo izquierdo, noto la cadena golpear ligeramente contra mí.

La veo girarse dándose a ver una vez mas mientras camina hacia atrás con paso lento. Me acerco a ella y me aferro por su cintura pegándola a mí. Su respiración es rápida y entrecortada, sus manos han soltado su vestido y ahora me agarra con fuerza de la nuca y el pelo.

Su aroma es demasiado embriagador, me reconforta por el momento aunque me provoca un terrible descontrol sobre mi cuerpo. Provoco un pequeño traspié que pronto logramos recuperar ambos entre sonrisas.

Me lanzo a su cuello besándolo y dejando que mi lengua saboree su rosada piel, noto como su piel se eriza y se aferra a con ímpetu a esa sensación. No tardo en subir por su cuello y pasar por su mandíbula para que ella me aprisione contra su boca y me deje pronto sin aire.

Mis manos han subido por sus costillas mientras jadeo sin aire y me encuentro con sus senos. Lleno de locura bajo hacia ellos mientras que las carcajadas de la chica dejan ver el matiz de embriaguez que aporta sobre su cuerpo.

Tardo poco en perder la compostura y  anclo mis fauces sobre aquella mujer.

La oído gritar y aullar, aunque acaba por rendirse y cogerse a mi mientras se desploma sobre el suelo y queda en trance. Me lleno de éxtasis antes de separarme del inerte cuerpo.

Quizás cualquier mujer pensaría que tenía poder sobre un hombre, sobre un cuerpo con otro cuerpo. Pero la verdad era que nadie poseía don igual en esa estrecha brecha llamada vida.

Y así, de esa peculiar forma, me desinhibido de cualquier tema que me sea fuera del alcance de mi interés a la vez que observo siluetas y torsos desfilar frente a mi mientras hablan y ríen con una pequeña taza de té entre las manos.

Aquel mundo, estaba creado por mí y para mí.

Inspirado en la música del blog de http://nana-demon.blogspot.com 

Creo que se notara bastante por el ultimo fragmento. Espero que sea disfrutado e imaginado en cada retorcida mente que husmea por este insólito lugar.

Ansió demasiado escribir.

Madame.B