Me pase nada más y nada menos que tres días en una cama descansando, siendo alimentada y sin ninguna aguja en el antebrazo. Por extraño que sonara, o pareciera, la chaqueta no se había separado de mi. Bueno, no tenía patas, pero yo no me había separado de ella mejor dicho. Al tercer día, una enfermera con la que había mantenido una breve conversación y nos habíamos caído bien, me ofreció una ducha caliente. Sin dudarlo acepte. Me guio hacia la cuarta planta, donde estaban los despachos y demás de lo que serian los jefes. Cuando entramos en los vestuarios el olor a limpio me produjo un escalofrió, Annie, como que llamaba, me dejo una toalla y ropa limpia sobre un banquillo y se sentó al lado.
-Ve rápido, nadie sabe que hay un humano aquí.-me hecho moviendo la mano.
¿Un humano? ¿Acaso no había cientos? Evitaba hacerme ese tipo de preguntas cada vez que hablaban de mí como un humano en particular, cuando ellos también lo debían de ser ¿no? La ducha fue corta pero gratificante y mi cuerpo la recibió gustosamente.
Al salir me seque, me vestí y me deje el pelo secarse al viento.
-Iremos por el monta cargas, ahora está todo en movimiento.-Me cogió de la mano y me llevo.
¿Pero que era toda esta ayuda y amistad de golpe? No entendía nada. Cuando bajábamos por el montacargas el silencio lleno el hueco que dejamos. Pero ya tendría tiempo de escucharlo, ahora no me apetecía.
-¿Por qué… me ayudas?-Pregunte tímidamente, por fin podía empezar una conversación.
-Me lo han pedido, y quien lo ha hecho ha sido muy convincente de ello. Yo tampoco entiendo porque tanto empeño, pero… eres muy simpática.-Me dedico una sonrisa que me hizo devolvérsela enseguida.
-¿Simpática?-reí por lo bajo-si llevaras los mismos años que yo sin hablar con nadie, ya me dirás como recibes la conversación con un desconocido… no te negarías seguro.-Me encogí de hombros y mire al frente.- ¿Y quién…?
-No te lo puedo decir, lo siento mucho.
En ese momento llegamos a nuestra planta.
-Déjame que mire que no venga nadie. Abrió la puerta y miro hacia los lados.-Vamos.
Con cuidado volvimos a enfermería, y desde dentro pidió que un guardia me llevara de nuevo a la celda.
Antes de que se me llevaran Annie me miro con una sonrisa.
-Cuídate ese pulmón.
-Descuida, y gracias.-Dije antes de que entrara el guardia para llevárseme.
Sí, me habían jodido un pulmón ligeramente, los golpes que me propio aquel bruto me habían proporcionado un ligero derrame dentro de un pulmón por lo que echaba sangre por la boca. Por suerte no había sido más que eso, un golpe, no había fractura de tejidos y no se que cosas más me conto Annie en su día.
Cuando cruce una esquina de un pasillo y volví a ver la celda, me retorcí por dentro. No quería volver, no ahora que había obtenido unos días de mínima libertad. Mis pies se habían convertido en plomo y me costaba muchísimo caminar, la mente se me había nublado ligeramente del pavor que me daba volver a entrar, hasta que el guardia me empujo dentro y cerró la puerta con un ruido metálico.
-No.-Susurre.
Me acababa de olvidar en enfermería su chaqueta.
Madame.B
Algún día saldra de ahi, seguro (JUM) xD. Al menos son las ganas que tengo yo jaja
ResponderEliminarTengo ganas de seguir leyendo y pasaré cuando pueda, porque tengo unas semanitas... Creo que no voy a dormir hasta el dia 23 de mayo xDD Pero haré lo que pueda por leer.
tQ!! y lo sabes jaja