Mala suerte la mía, porque al caer me golpee la cabeza con algo puntiagudo y luego caí al suelo-No tan lejos como pensaba estaba- jadeante por el golpe en la cabeza.
-¿Estas bien?-El chico apareció.
-No, me he pegado un golpe bastante fuerte por lo que habrás oído...-Me incorpore levemente con una mano donde me había dado el golpe.
-Y por lo que he visto-Las luces se encendieron y lo vi junto a mi.
Me dolía a rabiar, tenia la cabeza que me ardía, y el golpe no había sido en otro lugar que en la sien, al quitar la mano supe que me había rasgado la piel. Cuando me mire la mano estaba levemente manchada de sangre.
-Vaya, parece que no dejare de perder sangre nunca...-Notaba un silencio forzado y muy cargado.
-Ve al servicio para limpiarte, todo recto en el pasillo cuando sales...-No me había dado cuenta, pero estaba de pie y de espaldas a mi.
-V-voy...-Me levante un poco mareada y salí de la habitación en busca del baño.
Al entrar fui directa al espejo, me había echo una buena brecha en el costado de la frente y me sangraba un poco. Abrí el grifo para que saliera el agua y lavarme primeramente las manos. ¡Menudas manos tenia! Estaban que daban asco, por no mencionar mi aspecto cuando me había mirado al espejo... Estaba mugrienta, el pelo enmarañado y la ropa hecha gironés. No se salvaba ni un rincón de mi piel que no estuviera sucia. Mientras tenia las manos bajo el agua, mire hacia mi derecha, que había una ducha de plato. Me quería duchar. No, no, quería no, tenia que ducharme. Así que me desnude y me metí . No recordaba lo agradable que era el agua caliente y lo bien que olían los jabones. Yo había sido persona, de esas que son normales, y que no están encerradas siempre...
Cuando acabe salí enrollada en una toalla blanca, volví a mirarme en el espejo encontrándome conmigo misma, el pelo volvía a ser de ese color rubio ceniza, y mi piel volvía a lucir esa palidez que llevaba arrastrando años, entonces me di cuenta, no tenia ropa para cambiarme. Siempre podría limpiar la ropa que ya tenia y secarla, pero... ¿con que?
Me apresure a limpiar los pantalones y la camiseta, esta tenia algunos agujeros por lo bajo y el pantalón tenia las rodillas totalmente abiertas. Conseguí arrancar los dos camales, aunque me quede con un pantalón corto, que mas bien pantalón, parecía una prenda de ropa intima. La camisa volvió a su color, blanca. Estruje la ropa y la deje a un lado un momento para poder secarme el pelo con otra toalla. Estaba completamente seca, aunque sin ropa. Así que toalla enrollada en el cuerpo y con la ropa en la mano, salí.
Le busque, pero no había forma de encontrarlo, hasta que percibí un ruido algo bruto y metálico que me llevo a donde él estaba.
Lo encontré levantando pesas, tenia la camisa sobre unas barras por lo que el torso lo llevaba desnudo, me quede mirándolo un rato fijándome en que era mas atlético de lo que parecía a primera vista. Cuando fui a hablarle, quería llamarle por su nombre pero... No lo sabia.
-Perdona...-Dije tímida y desviando la mirada para que no se diera cuenta de que lo había mirado.
Escuche un fuerte golpe y no pude evitar mirarle, había dejado la barra de las pesas en su soporte. Y con la camiseta secaba el poco sudor que había en su frente. Me miro de arriba abajo y luego me miro a los ojos.
-¿Qué... has hecho?-Se acerco quedando frente a mi.
La situación me era incomoda, agache la cabeza mirando la ropa.
-¿Tienes secadora?-Le enseñe la ropa y a la vez agarre la toalla temerosa de que se cayera en ese instante.
-Claro, en la cocina-Dijo convencido de que sabría donde estaba.
-Y ¿dónde esta?-levante la cabeza y lo vi apoyado en el marco de la puerta con la camiseta sobre un hombro y cruzado de brazos.
-Baja las escaleras, en cuando llegues veras que esta unida al salón.
-Gracias-Me gire y empecé a caminar hacia las escaleras.
Lo escuche caminar tras de mi, ambos bajamos las escaleras, pero cada uno giro hacia otra dirección nada mas llegar. Busque la cocina, y tal como había dicho, era una cocina americana, había una pequeña puerta blanca con rendijas que dejaba entrever la lavadora y la secadora. Metí mis prendas dentro y la puse en marcha, no tarde mucho en tener la ropa seca. Aproveche para vestirme sin que me viera y metí la toalla húmeda en la lavadora sin ponerla en marcha. Tenia curiosidad por saber donde me encontraba, como era la casa, y que había dentro de ella.

-Ay Dios mío... -Dije cuando vi todo aquello.
El cajón se cerro solo y me sobresalte cayendo de culo al suelo. Me había pillado.
Madame.B
Estando en la casa de un vampiro, no se que se espera xD Aquí hay chispas y más que chispas, chispazos jaja Me gusta como está evolucionando la historia.
ResponderEliminarTQQ!!