Sentimientos nulos... O no tan nulos.

La sorpresa me la lleve cuando al llegar, Víctor se encontraba apoyado contra la pared contraria a la del cuadro, mirándola fijamente. Era extraño llegar a pensar que siguiera sintiendo, o que alguna vez hubiera sentido cariño hacia esa persona. Los sentimientos eran reducidos en muchos casos, y en la añoranza hacia una persona aun más, pero no podía sorprenderme, no podía negarlo debido a que yo misma me pasaba largo tiempo pensando en Grey o Gabriel.

Poco a poco fui acercándome, hasta quedarme a su lado mirando el cuadro.

-¿Qué haces despierta?-Pregunto sin mirarme.

-Lo mismo que tú, pensar, y observar de nuevo la fotografía-Mire hacia mis pies y mire al frente.

-Vete a descansar, no son horas de estar en pie.

-No puedo dormir, estoy inquieta.

-¿Debido a que?-Esta vez desvió la mirada hacia mí.

-Le doy vueltas a todo-Sin darme cuenta roce su mano y la separe al instante algo incomoda.

Sí, lo tenía aceptado, Víctor me atraía. Pero él  pensaba en otra persona, y no era quien para llamar así atención. Mirándolo por otro lado, debería dejarlo solo…

-¿Todo?-Apoyo su cabeza contra la pared.

Exhale aire mientras sacudía la cabeza.

-Demasiado tiempo libre… Te dejo tranquilo, querrás estar solo.

Aquello era lo correcto, aquel era su espacio, y su “momento”. Cogí ambos extremos de mi bata para juntarlos y cerrarla un poco modestamente, cuando él me aferro del codo, haciéndome quedar medio vuelta hacia él.

Su mano cayó hasta la mía, juntándolas y llevándome frente a él. Mi mano libre, se poso en su nuca, y mis pies a su vez se pusieron de puntillas para poder besarle. Aquello no era lo correcto en ese momento, y en mi mente volaron blasfemas sobre mi nombre. Con torpeza me retire de sus labios y apoye la mano que anteriormente estaba en la nuca en su pecho.

-Perdón, -Apoye la frente en su hombro- no he hecho bien en dejarme llevar-Dije antes de posar completamente mis pies en el suelo.

-Perdóname entonces tu también, por dejarme llevar-Su mano cogió mi mentón suavemente besándome.

Cuando el beso se acabo, no fui capaz de abrir los ojos y mirarle hasta que pasaron unos minutos.

-Ryan se despertara al oír voces, tiene… un sueño delicado-Sonrió.

-Claro-Dije separándome de él-Nos vemos esta noche.

-¿A dónde crees que vas? No hay suficiente con un par de besos- Me cogió de una mano y me llevo a su habitación.

No me dio tempo de fijarme en su estancia cuando me aprisiono contra la pared, despojándome de mi bata y besándome el cuello.

-Esto es un error Víctor…-Dije entre suspiros.

-¿Por qué?-Dije mirándome a los ojos.

No sabía que contestarle a aquello, si le decía que era por que tan solo me sentía atraída por él, quedaría como una simple interesada, pero ni siquiera yo estaba completamente segura de si sentía algo más hacia él. Pero tampoco podía arriesgarme a saber lo que sentía él, así que calle, e intente dejarme llevar por ello.

De pronto me vi sin ropa y recorriendo su torso desnudo con mis manos echados frente a la chimenea que poseía su habitación bajo una alfombra de terciopelo rojo. Estaba recostada sobre el observando la intensa llama que frente a mi bailaba, parecía una locura, pero en su imagen parecía revivir mi vida en palacio, y cuan feliz debería haber sido siguiendo las reglas de mi padre.

Su mano me distraía cada vez que provocaba que me estremeciera por entera al acariciar mi espalda.

-¿Y ahora, en que piensas?-coloco su brazo tras su cabeza.

-En la vida que hubiera podido tener como princesa de Italia.-Me senté apoyada contra el sofá que había tras nosotros de piel marrón, acogiendo mis rodillas entre mis brazos.

-¿Princesa de Italia?-se sentó a mi lado prestándome atención.

-No te sorprendas, mi vida hubiera sido menos feliz allí que aquí, seguramente.

-¿Por qué huiste?

-Iban a matar a quien era mi primer amor, cuando sin darme cuenta, lo salvo una anciana y me dio la llave de la libertad…Por equivocación quiero pensar.-Le mire.

-¿El hombre que está muerto es…?-pregunto siendo poco delicado.

-No, ese es quien me ayudo a controlar la situación que se me vino encima, mi amante, Gabriel, es él. Lo intente buscar aunque no pude, Grey me ato a su lado con una enfermedad y su obsesión. Ahora buscaría a quien he querido, pero sé que ha remontado hacia lo alto y ha formado una familia.

-¿Y eso como lo sabes?- Acaricio mi hombro tras besarlo.

-Por que es lo que quiero… pensar. Si supiera lo que soy, que mato, que tengo…

-¿Qué tienes que?

Mierda, pensé. ¿Y si se lo contara solo a él? No, mejor no, se prudente, por el momento.

-Que tengo a alguien nuevo a mi lado en quien confiar-Aquello parecía irse de las manos por segundos.

Opte por volverme y besarle de nuevo intensamente mientras me sentaba sobre él.

Aquella relación, ese momento de sexo, no había sido totalmente fruto de la pasión o lujuria. Había sido venganza hacia mí misma, me sentía castigada cada vez que pensaba en Gabriel y estaba en brazos de otro hombre. Pero se tenía que terminar, tarde o pronto dejaría de pensar en él.

Aquella noche desperté algo tarde, envuelta en sabanas junto a Víctor que estaba hacia mi costado. Aun dormía y no quise despertarle. Mire a mi alrededor, y note sangre seca en mi cuello y bajo mis uñas. Al miraren las sabanas había tres manchas de sangre no muy grandes, pero contrastaban bajo el color crema de estas.

 

En ese momento, abrieron las puertas de la habitación de par en par despertando a Víctor. Del susto que me entro al escuchar las puertas abrirse, y que Víctor despertara tan de repente, me hizo poner los ojos completamente negros. Seguía manteniendo mis poderes bajo control, aunque casi nunca los utilizara, y no los dejara salir al exterior, pero era lo primero que utilizaba mi instinto al sentirme en peligro o al estar en una situación extraña. Me cubrí los ojos con las sabanas, e intente no entorpecer las palabras de ninguno.

Madame.B.

¡¡FELIZ 2011!!