sábado, 11 de septiembre de 2010

Un mal momento.



Se limito a escuchar y no interrumpirme agarrando mis manos con las suyas. Estábamos sentados en el borde de la cama cuando yo quede callada.

-No le veras en mucho tiempo-aseguro Gabriel.

-No,  espero no verlo nunca más- me puse en pie y me gire hacia Él.

Se levanto y me abrazo acariciando mi mejilla con su nariz recorriendo el cuello hacía bajo. Me era tan sumamente raro el sentirle junto a mi que no era capaz de pensar la mayoría del tiempo con claridad. Cuando empezó a desatar mi corsé y acariciar mis hombros notaba que me hacia daño.

-Para-Intente zafarme de sus brazos-¡Para!

-¿Qué?-Me agarro de los hombros.

-¡Me haces daño, suéltame!-le empuje bruscamente y a la vez retrocedí varios pasos hacia detrás.

Notaba un dolor intenso en mi cabeza y en mi espalda. Me empecé a retorcer abrazándome a mi misma hasta que no aguante y tuve que caer al suelo de rodillas apoyando la cabeza en el suelo.

-¡Elizabeth!-Estuvo a mi lado antes de que pudiera darme cuenta.

-…Erdély…-tenia los ojos cerrados y veía su rostro casi demacrado.

Grite fuerte cuando sentí atravesar mi estomago con algo muy afilado y grueso. Veía el rostro de hombres desconocidos para mi reír con un rostro horrendo. Los latigazos que proferían en la espalda de mi lejano compañero empezaban a notarse como pequeñas quemaduras en la piel. Cuando abrí los ojos vi pequeñas gotas de sangre en la moqueta del suelo. Empecé a balbucear un simple “No” repetidamente, note caer de mi boca hilos del mismo color que las gotas de la moqueta.

-¡Verónica, Verónica!-Gabriel había ido hacia la puerta saliendo de la habitación en busca de su amiga.

Cerré los ojos y la imagen fue espeluznante, la cabeza de Erdély caía dentro de una cesta de mimbre frente a cardenales y demás personas de la corte real. Madame guillotine.

-¡¡¡Lo van a matar!!!-Grite con todas mis fuerzas e intente levantarme agorándome de las cortinas, pero estas cedieron y cayeron desgarradas a mi lado.-¡Mi pequeño!

Notaba el peso del tiempo sobre mi espalda cada vez más contundente, mas pesado, pero ya no podía hacer nada, sus manos se encontraban atadas tras su espalda y lo habían colocado ya sobre la tabla de la guillotina.
El sonido del filo cortado el viento se hizo audible en mis oídos, hasta que cambio y se escucho un frío corte .
Proferí un bufido y tras el empecé a devolver grandes cantidades de sangre inexistentes en mi cuerpo, pero que me vaciaban a medida que el dolor  desgarraba mi garganta a causa de los gritos. Acabe bañada en el charco de sangre que estaba dejando.

Verónica entraba por la puerta asustada y al verme pareció que lo encajara todo, se acerco a mi y paso su brazo por mis hombros.

-Todo saldrá bien.

Y todo se nublo hasta que desapareció.
No dormí mucho, lo suficiente para que acabara de hacerse de noche y abriera los ojos para darme cuenta.

-Puedes seguir durmiendo-Gabriel acaricio mi frente.

No conseguí pronunciar palabra, pero al menos pude negarme ladeando la cabeza de un lado a otro. Me sentía sumamente mal y débil, tanto que ni siquiera conseguía mover una mano correctamente.

-No te puedo curar con la saliva-sonrío-pero si con mi sangre-Se subió la manga de la camisa blanca y rasgo su piel acercándomela ha la boca.

Le mire y mire la herida, no estaba segura, pero sentía la necesidad de beberla. Conseguí clavar los colmillos en su muñeca y empecé a beber sintiendo bien estar y fortaleza.

"Vendrás a mi cada día, cada noche."


Abrí los ojos repentinamente  incorporándome y tosiendo a mi vez, como si me hubiera atragantado.

-¿Elizabeth?-Gabriel me miro preocupado.

Le devolví la misma mirada y el mismo sentimiento.

-Rubén.


1 comentario:

  1. Oo Ruben ya me está tocando lo que no debería de tocarme eh ¬¬ Me he metido en el papel, sabes? sep, y lo he pasado mal xD pero como es costumbre en mí, pues quiero más y más y más y mucho más jajajaja

    TeQuieroFeaDeMiCorazón!!!

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Creyeron que podían usarme y tirarme. Intentaron hacerme pequeña. Sufrí muchas humillaciones, pero ahora estoy por encima de todo. Sí, el precio que pagué fue toda mi mida, pero al fin hallé una salida. Y si de lo malo puede salir algo bueno, el pasado descansa en paz. "Marilyn monroe"