viernes, 10 de septiembre de 2010

Insufrible.



Del susto me corte la palma de la mano con el bisturí que limpiaba con un paño y alcohol, cerré la mano en un intento de que no saliera mucha sangre llevándomela al pecho. Verónica me miraba alertada por la situación y yo me limite a agachar la cabeza sin girarme si quiera.

-Elizabeth-le escuche dar un paso hacia mi.

Pero Verónica se puso entre nosotros dos, y daba gracias, no quería enfrentarme a la situación una vez mas, un nuevo reencuentro y una nueva bronca de por medio.

-Gabriel, no es ella, es una muchacha que se ha ofrecido a ayudarme.

-Verónica puedo oler su sangre, así que no te esfuerces en mentir.

Me arme de valor antes de que se atreviera a acercarse de nuevo y consiguiera mirarme, para poder girarme mirando al suelo y esquivando ha ambos para poder salir de la cocina e ir a la habitación.

-¡Espera!-grito Él.

-Gabriel déjala- escuche decir a Verónica antes de que cerrara la puerta tras de mí.

Quede apoyada contra la puerta mirando hacia las ventanas para poder escapar, pero ya no me daba tiempo, tenia a Gabriel intentando abrir la puerta a golpes y empujones que me hacían  dar pasos hacia atrás y adelante en un intento de no dejarle pasar.

-¡Abrid la puerta!-Empujo la puerta con un gran golpe.

-¿¡Para que!? ¿Para que me deis una bofetada o me clavéis un puñal, incluso a provocar mi ira? ¡Dejadlo estar, estoy cansada de vos y vuestros gritos de indignación hacia lo que yo tengo razón!-No hubo golpes ni voz, tan solo silencio.

Se había ido, no había nadie ya, me aparte unos centímetros mirando el pomo de la puerta, pero no se movía. Respire aliviada.

-Elizabeth-Gabriel entraba por la puerta como si no hubiese pasado nada.

Al verlo grite de espanto, no me lo esperaba, ¿Había estado tras la puerta sin hacer nada? ¿como podía haber sido tan tonta? Le vi sonreír, ¿es que acaso asustar le gustaba?

-Iros- me cruce de brazos y le di la espalda.

-Seguís siendo la inocente que conocí en el baile.-su carcajada inundo la estancia.

Me gire para mirarle indignada, ¿Cómo se atrevía?

-¿Inocente yo?-Me acerque a el con la intención e empujarle.

Me agarro de las muñecas en una fracción de segundo, pegándome a él.

-Si, sumamente inocente, por mas maldad que queráis mostrar al mundo-Sus ojos estaban bañados en el mas puro azul cielo que jamás había recordado observar.


Miraba sin parar sus ojos, eran los que en realidad me tenían prisionera, no dije nada, no había escuchado lo que había pronunciado. Sentí como algo rozaba mi cintura sin llegar a mi mirar descifre que eran sus manos, seguía teniendo las manos en alto, tal y como el las había dejado después de agarrar mis muñecas. “Reacciona, reacciona” pensé. Parpadee y en ese momento nuestros labios se encontraron, en uno de los parpadeos cerré los ojos, no podía imaginar que pasaba, tan solo sentía que Él era quien lo había comenzado todo, aquello no había sido intención mía. Lleve mis manos a su nuca siguiendo el beso. Al cabo de unos minutos me miro.


-¿Qué estáis haciendo?- pose mis manos en sus hombros intentando recuperarme del éxtasis que sentía.

-Siempre te he estado buscando, desde el día que tuve que partir dejándote sola en el inicio de una nueva vida, hasta ahora. Me fui para que no te mataran a ti, tus padres pretendían casarte con un noble caballero de palacio, quien tenia fama de maltratador y esclavizaba a toda aquella dama que visitaba sus aposentos. Mi intención era llevarme conmigo ha aquella fugaz chica de veinte años recién cumplidos, pero me persiguieron día y noche dándome muerte eterna hasta que el tiempo se los llevo.-acaricio mi espalda suavemente y sin prisa.

Me separe poco de Él, para dejarme mirarle y entender lo que decía.

-¿Y por que lo de la daga, lo de los gritos cuando salve a Verónica?

-Lo de la saga fue… para poder sentirte durante esos días, saber que seguías en Montpellier, para que no te fueras, los gritos, Elizabeth ansiaba tenerte frente a mi, el poder tocarte nunca se me había echo tan entrañable. 

-¿Y pensabas que me dejaría después de hacerme lo que me hiciste? A demás de traer las consecuencias que me trajiste, me llevaste hacia una dirección que no quiero volver a recordar en mucho tiempo…

-Y lo siento de veras, puedo imaginarme lo que pasaste.

-No, no puedes Gabriel- Quite sus manos de mí intentando no ser muy brusca-Rubén… Si quisiste salvarme de ser maltratada y esclavizada, me has introducido de nuevo en ese problema, es… era un martirio vivir junto a él.-Empecé a narrarle todo aquello que causo estragos y dolor en mi cuerpo y en mi ser inhumano, por muy fuerte que fuera un vampiro, ser sometida a esa degradación era insufrible.

1 comentario:

  1. vaya... que se lo tire ya, coño! xD Es una bonita historia de amor, pero un poco triste... me deprime T.T

    Enfin petarda, yo todavia no he empezado las clase, las empiezo el jueves que viene así que... tú como siempre una semana antes xD
    A ver si hablamos este finde o algo tQQQQ

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Creyeron que podían usarme y tirarme. Intentaron hacerme pequeña. Sufrí muchas humillaciones, pero ahora estoy por encima de todo. Sí, el precio que pagué fue toda mi mida, pero al fin hallé una salida. Y si de lo malo puede salir algo bueno, el pasado descansa en paz. "Marilyn monroe"