jueves, 16 de septiembre de 2010

Locuras por amor.



Había logrado vivir sin él siglos y ahora que tenía el tacto de sus labios en los míos, era casi imposible pensar en olvidarle nuevamente. Aquella noche espere en la ventana como una idiota, a escuchar el cabalgar de un caballo o el relincho, y verle a él. O saber cuando era el momento de huir si Rubén aparecía en cierto instante.

Por la mañana me encontraba tirada sobre la cama, con los ojos cerrados e intentando reproducir instantes grabados en mi mente. Todo estaba tranquilo, y la noche había transcurrido sin ninguna sorpresa agradable o lo contrario. Ahora lo que temía era que Rubén me tuviera observada, acorralada en esta casa. Aquello me hizo perder el hilo de lo que me estaba imaginando, que tan agradables sensaciones había despertado.  Suerte de que estaba sola y pude estirar mi cuerpo tan larga como era, mi cuerpo lo agradeció. Suspire, todo se reducía a eso. Suspirar.
De repente la habitación se vio inundada de un aroma fuerte pero muy dulce a la vez, no quise rechazarlo e inspire todo lo que pude soltándolo poco a poco. La bata se desato involuntariamente dejándome con el corpiño que llevaba y las medias junto con la ropa interior. Acariciaron mi mejilla en aquel momento y abrí los ojos encontrándome con el rostro de Gabriel. Intente hablar pero poso su dedo índice sobre mis labios, y recorrió mi cuello hasta llegar al escote. Rodee su cuello con ambas manos atrayéndolo a mí y besándolo con delicadeza. Sus labios se entreabiertos y acabo besándome con fuerza. Su mano recorrió mi cintura bajando por la cadera y desatando el liguero. Me había puesto aquello con la intención de que si había que salir corriendo tan solo tenía que ponerme un vestido sencillo. Pero ahora parecía retrasar cualquier ocasión y me maldije por llevarlo puesto. Retire la chaqueta negra arrojándola a suelo dejándome desabrochar el broche dorado que había en su pañuelo para poderlo retirar con cuidado y poder desabrochar la camisa blanca.
Los besos y las caricias no cesaron, nada ceso, al contrario, todo pareció aparecer y amontonarse en mi interior. Ese cumulo de placer y felicidad me era sumamente exagerada. Pronto nacieron en mi garganta jadeos y algún gemido fuerte de ambos. Podía decir que no sabía cómo actuar en ciertos momentos, y aunque de algún modo era cierto que lo sabía, comprendí que aquel no era el momento de la aparición de la sangre por ningún lado. En los actos en los que solían estar mis dos creaciones, la sangre era nuestra mejor compañera, cosa que ahora lo arruinaría todo.
No supe el por qué, pero ninguno de los dos tubo suficiente la primera vez, ni la segunda, al terminar la tercera Giselle toco la puerta.

-Elizabeth ¿estás bien?-El paño empezó a dar la vuelta.

Yo, que me encontraba encima de él reaccione al momento.

-¡No entres!-Mire a Gabriel quien tenía una expresión divertida y un tanto burlona.

Intente vocalizar con la boca una cosa parecida ha:” ¿No saben que estas aquí?” cosa que no sirvió de mucho, ya que se incorporo abrazándome con un brazo.

-Elizabeth…-Giselle decía tras la puerta.

-Tranquila estoy bien, ahora saldré, dame tiempo.-Empuje a Gabriel del hombro volviéndolo a tirar sobre las almohadas y besando su cuello.

Tiempo me dio, suficiente para acabar  echada en la cama mirando cómo se vestía.






-¿Te vas?-Me incorporé quedando de lado.-Dime que no.-Susurre para mis adentros cerrando los ojos.

Sus labios se posaron sobre los míos presionando levemente.

-Tengo la casa rodeada y continuamente vigilada, Rubén a desaparecido por el momento cosa que no quiere decir que estés a salvo.-Me cogió de la mano y la beso.

-¿Y por qué has entrado?

-No podía seguir sabiendo si estabas bien o no- Ató los gemelos en su camisa.

-Podemos marcharnos tan lejos como gustes Gabriel-Me había puesto en pie enrollando una de las sabanas por encima de mi pecho.

Se giro hacia mí mirándome fijamente.

-¿Lo dejarías todo?

-Lo he hecho ya por nada, y sin tener rumbo fijo me iría contigo.-Logre alcanzar una de sus manos.

-Las locuras no sirven de nada Elizabeth-Se giro hacia el ventanal.

-¿y menos si son por amor?-Solté su mano quedando clavada en el suelo.



2 comentarios:

  1. Ya era hora *-* Habrás disfrutado escribiendolo eh... vaya, he disfrutado yo leyendo xDDD

    Enfin petarda mía, voy a ver si actualizo yo el mío, porque a este paso lo hago a la semana que viene xD Me ha gustado el polvete jajajajajjaja

    tQQQQQQQQQQQQQQQQQQQQQQQ

    ResponderEliminar
  2. ¡Hola Madame Báthory! grx x pasarte x mi blog-te sigo y te agrege a mi listaa de blogs porque no tienes butón de afiliacion-agregame a tu lista y cuando tienes butón me avisas- http://checktheseblueskiesout.blogspot.com

    ResponderEliminar

Creyeron que podían usarme y tirarme. Intentaron hacerme pequeña. Sufrí muchas humillaciones, pero ahora estoy por encima de todo. Sí, el precio que pagué fue toda mi mida, pero al fin hallé una salida. Y si de lo malo puede salir algo bueno, el pasado descansa en paz. "Marilyn monroe"