viernes, 17 de septiembre de 2010

Apuntado.



-¿Y menos si son por amor?-Solté su mano quedando clavada en el suelo.

No supe adivinar lo que pensaba en aquel instante, tan solo se limito a mirarme cuando salió por la ventana como un ladrón por la noche. Me quede allí donde me encontraba sintiendo la brisa de la mañana que entraba por la ventana y agitaba las sabanas suavemente haciendo que rozaran mi piel. Me acerque a esta y le vi montarse en su caballo y adentrarse entre los árboles.

-No te hagas el héroe…-Balbucee.

Esta vez quien llamo a la puerta y la abrió fue Christopher, quien exclamo al verme.

-¡Oh! Lo siento mucho señorita.-Se dio la vuelta dándome la espalda.-Giselle me digo que escucho ruidos extraños…

-Tranquilo Christopher, estoy bien, ahora bajare para reunirme con vosotros en el salón.

-De acuerdo-Y se marcho.

Mientras me peinaba y me volvía a vestir, no hacía más que pensar. Ahora me sentía como una amante que se cree las palabras de un hombre que ya está engañando a otra mujer, aunque no fuera el caso y yo era la única que había en todo ese lio. Entraba por la ventana a escondidas, y se marchaba igual, pero llevándose lo que aun me quedaba en alto, un poco de dignidad frente al amor. ¡Como me odiaba! Me sentía deprimida y a la vez furiosa. Recorrí los pasillos y baje la escalera en forma de herradura adentrándome en el descansillo donde daba acceso a un gran salón un poco mas privado. Allí sobre la mesa una pequeña fuente de un apetitoso color rojo intenso, cuyo aroma era irresistible. Giselle tenía en la mano un copón plateado y bebía mientras reía y hablaba con su esposo, al verme se acerco a mí y me dijo que me sirviera como gustara. Lo hice, tome tres copas de sangre, y para mi sorpresa era humana. Allí tenía que haber litros y litros de personas, una fuente no se llenaba así de fácil. Pero ya tenía bastante con lo que había dentro de mi cabeza con matarme a pensar una tontería semejante.

-¿Te encuentras bien?-Pregunto Giselle a mi lado.

Yo me limite a asentir, mi voz reflejaría la más mínima mota de furia o tristeza aquella mañana. Salimos a dar un paseo por los caminos que había alrededor, aunque no me sentía cien por cien segura. Christopher había cogido varias armas de mano para podernos defender en el caso de que hiciera falta. Pero todo estaba tranquilo. Los cascos de un caballo sonaron cerca y mi mirada se elevo de mis pies rápidamente buscándole.

-¿Elizabeth?-Pregunto el hombre.

Giselle me cogió del brazo y me obligo a seguir caminando.

-No, espera-Me deshice del brazo de Giselle.

Di varios pasos rápidos hacia el lugar de donde procedía el ruido que escuche, pero Christopher me cogió del brazo con fuerza apuntando hacia el lugar con una pequeña arma.

-¿Qué intenta, suicidarse?-Me aparto poniéndose el frente a mí como escudo.

-Regresemos  a casa por favor-Giselle empezó a caminar en dirección contraria para volver.

-Vámonos señorita-Me empujo suavemente para que empezara a caminar.

Me sentía algo prisionera, no podía hacer nada. No me dejaban hacerlo. Aquello era un agobio. Unos arbustos se movieron, y me sobresalte exageradamente, Christopher apunto hacia el lugar.

-Iros ¡Vamos!

No calcule los pasos, tan solo daba pasos grande y ligeros mirando hacia atrás para controlar a Christopher de que estuviera bien. Al fin, conseguimos adentrarnos en la casa. Giselle miraba por una ventana hacia el exterior hasta que se cerraron las puertas.

-¿En que estabas pensando?-Incidió Giselle mirándome.

-Siento haberos puesto en peligro.-agache la cabeza un instante y luego la mire-Me iré de aquí cuanto antes, no puedo correr el riesgo de perder a uno más.

-¿Uno más?-Giselle quedo algo sorprendida.

-Erdély fue ejecutado hace varios días por el Rey a causa de traición. 

Sentí como me estremecía por dentro al recordar las imágenes.

-Yo…-Intento decir Giselle, Christopher estaba a su lado cogiéndola de la mano.

-Solo os pediría prestado un caballo.-Mire al hombre.

Él asintió sin ningún problema, y yo me retire para poder alimentarme por última vez y asearme. Caminaba por los pasillos fijándome en el complicado diseño de la mosqueta que había a lo largo del suelo. Mire por la ventana y había empezado a anochecer, esperaría por lo menos a que amaneciera para poderme ir y no correr tantos peligros como podía ser de noche, aunque tampoco era una opción que descartase, ya que me sentía inútil entre aquellas paredes. El ruido que producía el viento al pasar por una ranura pequeña me ponía el pelo de punta, procedía de detrás de mí, así que me gire y cerré completamente la ventana. Nadie la había tocado durante todo el día ¿no? Al girarme para seguir caminando, alguien me agarro el rostro entre las manos.

-¡Gabriel!-Me había quedado echa una estatua en aquel momento.

-Calla, aun no me han oído.-susurro.

-Me da igual que… ¡Mmhh!- Me planto un beso que quise rechazar.

En ese instante apareció alguien.

-¡Elizabeth!-Christopher lo separo de mí y me puso detrás de él volviéndome a proteger.

Yo aturdida por el momento y los movimientos rápidos me apoye sobre la espalda de Christopher agarrándome a su chaqueta. Parecía que me iba a dar un bajón de azúcar o algo similar.

-¿Se encuentra bien?-Entorno la cabeza levemente hacia mi sin despegar la mirada de Gabriel.

Este intento tocarme, pero Christopher lo apunto con un revólver. 

2 comentarios:

  1. Adiu O.o Que no lo mate eh... ¬¬ y bueno, respecto a mi nueva historia... ya te irás enterando en esta proxima actualización xD ya veras como te va a ser muy familiar jajajja


    tQQQQ

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  2. Una pena. Tu blog es lo bastante bueno como para no tener que venderte a otros bloggers como http://checktheseblueskiesout.blogspot.com

    Me ofreció lo mismo y le hice un comentario diciéndole que su sistema de mutua afiliación, además de resultar engañosa porque no mide los lectores reales de cada blog, se cargaba la idea original del seguimiento de Blogger.

    Me pregunto de qué le servirá, además de para inflar su propio ego, el tener más de quinientos seguidores cuando estos no son ciertos.

    Un saludo y perdona por entrar así en tu blog.

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Creyeron que podían usarme y tirarme. Intentaron hacerme pequeña. Sufrí muchas humillaciones, pero ahora estoy por encima de todo. Sí, el precio que pagué fue toda mi mida, pero al fin hallé una salida. Y si de lo malo puede salir algo bueno, el pasado descansa en paz. "Marilyn monroe"