Unos dedos recorrieron mi hombro casi ofreciendo una caricia cuando llegue a oír aquellas palabras, no tuve tiempo de mirar quien era, pues se marcho cuando las puertas de mi habitación se abrieron.
Empezaron gritar, al ver mi reflejo en un espejo vi mi boca manchada de sangre, con los colmillos completamente fuera y los ojos amarillentos dando sentido a los gritos. Sin pensarlo dos veces, salte de la cama para abalanzarme contra Samantha.
La desgraciada saco un crucifijo de su camisón poniéndolo en alto, al verlo retrocedí consiguiendo no chocar con él emitiendo sonidos similares a los de un gato. Samantha caminaba hacia mi cruz en mano rezando, aunque no era suficiente para poder herirme, si que alteraba mi ansiedad.
Consiguió arrinconarme contra un rincón de mi habitación dándole la ventaja de acercarse a mi cada vez mas.
-¡Sabia lo que erais, maldito monstruo!
-Podéis salir perdiendo en esta situación Samantha- Al mirarla, tras de sí, aparecieron mis dos secuaces.
Giselle dejo dos cuerpos sobre la cama, y Erdély dio unos golpes en el hombro de la muchacha desviando su atención de mí.
Arranque la cadena junto con el crucifijo a la vez que mordía su cuello, al hacerlo Giselle pareció gemir de excitación al ver la sangre gotear del cuerpo de Samantha que se retorcía en un intento de escapar, con cada trago notaba el latido de su corazón en mi boca.
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Deje ir a la chica, haciéndola chocar contra Erdély, quien la cogió de la nuca e hizo tirar su cabeza hacia atrás, vi como pasaba su lengua por el escote de esta y llegaba a su barbilla donde le dio un pequeño mordisco. Mi pobre doncella cerro sus finas manos en puños de puro placer, al acercarme la chica me miro abriendo sus ojos.
-¿Nadie os enseño a llamar antes de entrar?-Hice un pequeño corte en su labio inferior-Samantha, con lo bien que creía que nos íbamos a llevar…
La chica inmediatamente alzo una mano para propinarme un golpe, por suerte mis reflejos fueron mayores y agarre su muñeca a tiempo.
Vi como Erdély enseñaba los colmillos por excitación cuando Giselle clavaba sus fauces en su hombro, mientras miraba a Samantha quien la observaba temblorosa.
-¡Dejadme ir!-Empezó a sollozar.
-Shh…-Acerque el brazo a mi boca, oliendo su piel hasta llegar a la muñeca y volverle a morder.
Samantha volvió a gritar, pero esta vez lo hizo varias veces seguidas, cuando Giselle y Erdély la mordieron en diferentes partes del cuerpo. Los tres dejamos ir el cuerpo muerto de Samantha, quien había visto más de lo necesario.
-¡Más, más!-dijo Giselle ofreciendo un rostro angelical.
Yo reí, aquella creación era digna de nuestra especie, su sed era infinitamente insaciable, no tardo demasiado en acostarse sobre un cuerpo de los que yacían sobre mi cama bebiendo de su cuello. Erdély me pego a él subiendo el vestido por las piernas acariciando mis caderas mientras me mordía la lengua.
Acabe sobre él en la cama, mientras que a nuestro lado Giselle se relamía y se unía a nosotros. Erdély la beso mientras que yo le desgarraba el pecho con los colmillos y clavaba mis uñas en el. Mi camisón empezó a resbalar al contacto con las manos de Erdély al incorporarse, mi hermana de sangre, como me gustaba recordarla a veces, me abrazo por detrás subiendo sus manos por mi cintura hasta llegar a mis pechos. Bese a mi rey sabiendo que ya no me negaría nada en aquella situación, nos acerco mas a el cogiendo a Giselle de las nalgas. Mire a Erdély y tras de si, al otro lado de la ventana le vi.
Quise pararles, pero en el momento que mire por la ventana, ambos clavaron a cada lado del cuello sus colmillos haciéndome retorcer y gemir de placer.
-¡Parad!-Alce el cuello intentando zafarme de ellos.
-Erdély ¡basta, basta!-Giselle le dio un pequeño empujón en el hombro.
Al fin libre, salí de la cama dejándolos a ellos dos.
-¿Elizabeth?-Erdély me miraba confundido.
-Tengo que salir, es urgente-Coloque el camisón de seda en su sitio, y cogí una bata que colgaba del pomo de la puerta.
-Pero…-Giselle miro a Erdély y volvió a mirarme.
-Ahora no Giselle.
Salí de mi habitación atándome la bata, baje las escaleras mientras hacia una cola con mi pelo, al acabar note las manos húmedas, al mirarlas vi mi propia sangre. Busque rápidamente algo con lo que limpiarme, por suerte encontré un paño de la mujer de la limpieza, para limpiar mi cuello junto con mis manos mientras caminaba deprisa por el jardín. Tire el trapo al suelo, y levante levemente el camisón para poder correr mejor.
-¡Gabriel!-Le vi adentrarse en el bosque con las manos echadas hacia atrás.
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!!!! joder xD pedazo trio que te has montado tu sola, no? jaja mola mola. Muy sádico y muy... salido Oo
ResponderEliminarQuiero más =D xDDDD
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