miércoles, 25 de agosto de 2010

En el lago.


Cuando subía las escaleras, a uno de los lados apareció Giselle.


-¿Por qué no lo habéis matado ya? ¿Qué es conde, marques..Caballero del rey?

Su voz me entro en la cabeza como una campanada.

-Giselle basta, cállate.-Entre en mi habitación encontrándola recogida y limpia.

Deje la bata sobre la cama y fui a abrir la ventana, encontrándome un rosa en la repisa de esta.

La cogí y rompí todos sus pétalos tirándolos por la ventana junto con las hojas, tan solo me quede el tronco y sus espinas.

-Ya da igual-Acabe por lanzarlo al igual que los pétalos.

A la mañana siguiente me encontraba sola, mis dos compañeros habían salido por causas diferentes. Vestí con la ropa de montar, y pedí que me prepararan un caballo, di la mañana libre a muchas doncellas y sirvientes que agradecidos lo aceptaron.

Pasee por el pueblo, viendo a la gente hacer vida normal, niños corriendo junto con las madres desesperadas por qué no se perdieran, los vendedores gritar sus precios, ladrones robar fruta de los puestos del mercado...  Me aburrí de aquello y decidí cabalgar hacia otro lugar, cuando me di cuenta había aspeado al caballo más de la cuenta y corría por mitad de la montaña. Baje del caballo sabiendo que estaría cansado, lo cogí de las riendas y empecé a caminar hacia ningún lugar. Entonces tope con un lago enorme, no era donde todo comenzó, pero sí que traía recuerdos tanto dolorosos como amargos. Dejé que el animal bebiera sentándome sobre un árbol caído.

Deje mi mirada en las hondas que producía al beber el caballo, intentando atar cabos, Gabriel no había contestado del todo mi pregunta sobre si había sido él quien había dado su sangre por mí, tan solo obtuve que llevaba un rato allí, por lo que hacía que dudara, podría a ver sido él, pero ¿por qué se fue tan rápido al abrirse las puertas? No era lógico.

En sus ojos vi una cierta preocupación cuando sin dudar me dijo que pensaba que me había matado, ¿Abría venido al notar el dolor que sentía yo? Era posible, pero no me habría dicho aquello si hubiera sido él quien me dio fuerzas nuevamente.

Erdély era una opción que descarte rápidamente al momento, el único que quedaba era Rubén, y él era humano, cosa que no coincidía con la rapidez y el poder que poseía quien entro por mi ventana.

El relincho de mi yegua me distrajo, entonces un rayo cruzo el cielo. Una tormenta se acercaba y yo andaba lejos de la torre. Una vez montada en el caballo gire hacia el interior del bosque, pero me encontré de bruces con una chica joven, con un vestido blanco y encima un pañuelo del mismo color.

-Perdonad, me he perdido-La chica agacho la cabeza avergonzada.

-¿A dónde ibas?

-A ningún lugar, me perseguían dos hombres, y al salir corriendo no he visto por donde me metía hasta que…-Entonces los gritos de un grupo de personas la dejo muda.

-Sube -Le extendí la mano y en un abrir y cerrar de ojos se encontraba tras de mí-Agárrate.

Y sin pensar lo que hacía, aspee el caballo saliendo de allí lo más rápido posible.


1 comentario:

  1. Esto también me está creando dudas a mí y ahora con esto de la chica esta, más todavía xD parezco burra.... A ver cuando me das máaas *.*

    tQQQQQQQQ

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Creyeron que podían usarme y tirarme. Intentaron hacerme pequeña. Sufrí muchas humillaciones, pero ahora estoy por encima de todo. Sí, el precio que pagué fue toda mi mida, pero al fin hallé una salida. Y si de lo malo puede salir algo bueno, el pasado descansa en paz. "Marilyn monroe"