miércoles, 11 de agosto de 2010

El centro del laberinto.


Entre en el laberinto sin hacer mucho caso a aquella pareja, busqué el rastro de olor que dejaba la piel de Anna cuando por fin logre localizarlo, encontré en el suelo la cinta que se había puesto en el pelo, era de un color azul celeste que al tener en las manos, todo pareció callarse. Seguí caminando hasta que un fuerte aroma me llamo la atención. Corrí hasta el centro del laberinto, donde había una fuente con bancos, a los pies de uno de ellos estaba Anna consciente y con dificultad lograba respirar.


Me agache a su lado viendo que tenia la parte izquierda del cuello completamente destrozada. Ni Giselle ni Erdély podían a ver sido, estaban en la fiesta.

-Anna, Anna- La muchacha no aguantaría mucho mas.-Maldita sea.

Pero entonces sus ojos se entornaron y miraron tras de mí.

-Elizabeth.

Anna ahogo un grito en su propia sangre que brotaba de su boca que al poco hizo que muriera por asfixia. Me alce y sin mirarle di mis respetos a mi creador.

-Mi señor.-Incline mi cuerpo hacia adelante, clavando la mirada en la tierra.

Al pronunciar aquellas palabras algo en mi interior me reconcomía y se quemaba a la vez, era mi ego.

-Sigues sin pronunciar mi nombre-Empezó a caminar a mi alrededor lentamente.-¿Acaso me sigues temiendo?

-Os temía siglos atrás, cuando era una novata.-Mire sus zapatos pasar delante de mí.

-Y crees que lo sabes todo, ¿no es así?-Volvió a rodearme y esta vez se quedo inmóvil en mi lado derecho.

-No me guiasteis, me dejasteis sola ante la incertidumbre de no saber lo que sucedía y cuáles eran las necesidades y decisiones que debía tomar para mantenerme en vida, lo aprendí paso a paso cometiendo errores que me llevaron a ser lo que soy.

Aquello era en lo poco que podía reprocharle, atacarle, porque sabía que en eso tenía razón.

-¿No osáis a mirarme?-Dio un paso al frente y note como su mano se quedo a poco más de un palmo de mi para obligarme a mirarle.

No había reunido el valor suficiente en todos estos años, para poder mirarle a la cara, aun sabiéndolo, incorpore mi cuerpo y le mire.

-Gabriel.- Tenia sus ojos clavados en los míos.

-Por fin.-Tenia una mano tras su espalda y otra cerrada en medio puño-Por desgracia no me quedare mucho.

-¿A qué os réferis?- él dio varios pasos hacia mí, y yo recule.

¿Es que acaso sentía temor hacia él, le tenía miedo realmente? ¿O era el impacto tras no verlo durante tantos años? Conseguí clavar mis pies en el suelo y quedar quieta.

-Me refiero a que cuando enviéis a una de vuestras doncellas-Con un rápido movimiento estaba pegado a mi-juguéis mejor vuestras cartas, mi marquesa.

Lo mire sin entender nada, el esbozo una simple sonrisa marcando una cicatriz poco visible estando serio. Empezó a dolerme el costado izquierdo ¿Cuánto hacia que no sentía dolor? Le vi apartarse de mí, enseñándome sus manos manchadas de líquido granate.

-¿Qué habéis hecho?- Coloque mis manos en la zona que dolía. Había una daga completamente hundida en mi piel, hasta tal punto que el filo final de la daga, sobre salía tras de mí.

-Te he devuelto la baza con la que queríais pagarme.-Con cuidado saco un pañuelo de seda de un bolsillo del pantalón y limpio sus manos.

-Yo no he… ¿Qué diablos lleva?-Ardía la sangre que caía, y parecía que se me estuviera inyectando acido bajo la piel.

-Nada de lo que preocuparte, estaba bañada en agua bendita y bendecida varias veces por un cura. Patética en la forma en la que querías acabar conmigo, ¿no tenias nada mejor? Aunque me ha sorprendido lo mucho que sabia tu doncella acerca de nosotros.-Me miraba sin hacer nada más que eso, mirarme.

-¡Yo no he ordenador que os ejecuten!-Intente retirar la daga, pero el dolor se acentuó cuando lo intente.

Mitad de mi falda estaba empapada por mi sangre, brotaba rápidamente, y mis fuerzas se desvanecían con ella.

-Has tenido suerte que haya sido en un lateral del cuerpo, en el corazón te deja paralizado una buena temporada.- se dio la vuelta con la intención de marcharse.

-¡Gabriel!

-¡Les dejo el trabajo sucio a tus compañeros de fatiga!-Y sin más desapareció.

Mire el cuerpo de Anna que estaba completamente desangrado y intente dar varios pasos hacia adelante, pero era tal mi estado, que caí de rodillas ante la fuente.

-Esto te tiene que estar doliendo tanto como a mí, Gabriel…-Agarre con fuerza la daga, y la retorcí gritando de dolor.-¡¡Erdély!!

Escuche pasos a lo lejos, lamentos y gritos y una voz que preguntaba “¿Qué ha pasado?” Lo único que alcance a decir fue;

-Él la ha matado.
Quedando así como la inocente que solía ser.









CEB.

3 comentarios:

  1. Me encanta esta historia, me gustaria que me dijeras como puedo poner una musica pareceda en mi blog. Gracias

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  2. Gracias por todo, pero tengo un problema, la musica no se reproduce que puede haber pasado??

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  3. ays, nena, ke me he acordado hoy que has ya habias actualizado y yo esperando una nueva actualización. Que si, que soy to lista xD
    Al final me hiciste caso y le pusiste Gabriel eh... jojo te está quedando super bien esta historia, aunque me estoy quedando con tres palmos de narices cada vez que acabo de leer xD Me quedo siempre con intriga y en plan... hola? xD tu me entiendes jaja

    tQQQQQQQQQQQQQQQQQQQQQQQQQQQQQQQQQ

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Creyeron que podían usarme y tirarme. Intentaron hacerme pequeña. Sufrí muchas humillaciones, pero ahora estoy por encima de todo. Sí, el precio que pagué fue toda mi mida, pero al fin hallé una salida. Y si de lo malo puede salir algo bueno, el pasado descansa en paz. "Marilyn monroe"