martes, 1 de junio de 2010

San Francisco.



































Me quede aquella noche en el sillón donde Brez me curo la mano. Ninetta había hablado conmigo mientras cenaba lo poco que me entraba. Todos dormían, o eso creía yo. Una puerta se abrió apareciendo Brez con unos tejanos y sin camiseta, algo despeinado. En el fondo de la habitación logre ver a Ninetta tapada con las sabanas y apagando las luces.

-Vaya, lo siento-cerro la puerta tras de si.

La habitación quedaba algo lejos del salón y se acerco hasta donde yo me encontraba.

-No te preocupes- mire hacia otro lado, aquello que observe me recordó a el peor momento de mi vida.

-¿Te encuentras bien?-Se agacho a los pies del sillón donde yo estaba encogida.

-Si-Le mire-¿Puedo hacerte una pregunta?

Me miro algo extrañado, pero acabo aceptando.

-Claro, pregunta.

-¿Dónde aprendiste a vendar? ¿Acaso eres medico?-Apoye el mentón en mis rodillas.

-No, tan solo… que he tenido que curar y vendar a mucha gente a lo largo de lo que llevo vivido.

-Oh.

-Bueno, creo que me voy a descansar- se puso en pie.

-mañana me iré, y os dejare tranquilos.

-Creo que no va a poder ser durante un largo tiempo a que todo en tu pueblo se tranquilice.

-¿A que te refieres con eso?

-Que vas a pasar una temporada con nosotros.-Saco un teléfono móvil de un bolsillo-Ten, llama a alguien en quien confíes, y diles que te envíen la suficiente ropa y objetos personales para una temporada a san francisco.

-¿San francisco?-¡Dios mío! Estaba mas lejos de lo que creía de mi casa.

-Si, que te lo envíen a la línea de tranvías F Market entre calle Nº17 y calle Castro.

Acabe llamando a Leo algo nerviosa, no sabia que pasaba. Contestaron rápidamente.

-¿Diga?-La voz era de Charlotte, sonaba un tanto agitada.

Escuche mucho ruido de fondo, y alguna sirena de policía. Ahora sabía a que se refería Brez, con que la situación se calmase en mi pueblo. Había desaparecido y lo mas lógico era que me buscaran.

-Escúchame, tienes que enviarme ropa y algunas cosas personales a san francisco, las líneas del tranvía entre la calle nº 17 y calle castro, ¿entendido? Por favor, ten cuidado. Da recuerdos a los demás.

Colgué algo aturdida. No podía ser que en cuestión de un día todo se viniera abajo.
Le entregué el móvil y sin mediar palabra alguna se fue a su cuarto.
Aquella noche no dormí.

Han pasado tres o cuatro días, y Charlotte ya me había enviado mis cosas en un par de cajas. Ninetta me ayudo a instalarme en el piso, aunque me dijo que no era donde realmente vivían.

Una de las noches en las que no pude volver a pegar ojo, Frank, el chico que tan solo vi el primer día aunque tan solo fuera de soslayo, estuvo hablando conmigo.

-Te aseguro que a nadie le gustaría tener a Ninetta como enemiga.-Lo dijo muy seguro de lo que decía, recostándose en el sofá.

-¿Por qué lo dices?-Le mire algo intrigada.

Lo vi subirse la camiseta y enseñarme la espalda, tenía tres cicatrices enormes.

-Son marcas de una pequeña tortura, fue entonces cuando cedí a ser su ayudante, hasta día de hoy que soy parte de su reducido grupo.

-¿A eso lo llamas pequeña?...Es algo cruel.

Le vi encogerse de hombros. No me llegaba a imaginar cuanto tubo que soportar aquel muchacho que apenas tenía los veinte de edad.
Ninetta era la mafiosa mas temida de todo aquel mundillo y ellos dos eran sus secuaces.

El día que vi salir a Brez de su habitación dude de si lo que vi era real, ya no el echo de que se acostaran juntos, si no, que me dio la sensación de ver un arma en las manos de aquella mujer.

-Peor fue lo que le hizo a Brez.

-¿Por eso tiene esa cicatriz en la mejilla izquierda?

-No- Negó con la cabeza y luego me miro- eso fue en una pelea con navajas, una apuesta estúpida.

-¿Entonces?

-Tubo que matar a sus padres, aunque no se si es cierto del todo, porque no cuenta nada personal a nadie.

Me quede helada. ¿Cómo una persona tiene tanta sangre fría como para hacer eso?
Yo tenia muy claro que si salía a la calle y me encontraba con mi agresor seria capaz de matarlo o quemarlo vivo con un mechero por muy ridículo que aquello sonara. Pero me hervía la sangre cada vez que lo pensaba.

Me quede mirando a un punto fijo pensando.
Sabía que yo había cambiado, que algo en mi mente no seria igual desde el preciso instante en el que vi a aquellas tres personas.

Sabía que mi futuro había girado radicalmente en aquel preciso instante y que San Francisco no seria aquello que un dia imaginé.

 

1 comentario:

  1. bueno, me lo lei ayer y te comento hoy xD
    Que ayer no tenia ganas... era muy tarde y la perreria me pudo jajaja

    A veremos que pasa con antonieta xD
    Que ya me está callendo bien y todo jaja
    Me gusta me gusta


    tQQQQQ

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Creyeron que podían usarme y tirarme. Intentaron hacerme pequeña. Sufrí muchas humillaciones, pero ahora estoy por encima de todo. Sí, el precio que pagué fue toda mi mida, pero al fin hallé una salida. Y si de lo malo puede salir algo bueno, el pasado descansa en paz. "Marilyn monroe"