jueves, 27 de mayo de 2010

Mi final.



































La piedra rebotaba contra la frágil capa que creaba el agua, haciéndola saltar varias veces. El agua lucia su transparencia con cada rayo de sol que se filtraba en ella. Podía ver el agua caer a unos cuantos metros de mí en una esplendida cascada. Los peces nadaban a sus anchas y los insectos se posaban delicadamente sobre el agua para beber.

La piedra que lance esta vez se hundió, creando perfectas hondas que acabaron desapareciendo cuando eran demasiado débiles para continuar dibujándose.
Acariciaba la tapa de un viejo libro, tenia las esquinas destrozadas, pero aquello no impedía que le tuviera un cariño especial. Era de Catheryn, mi madre.

Ahora ya lo sabía todo. No llegaba a entender, hacia unos días, el porque de esconderme la verdad. Pero ahora, para mí, todo tenía una lógica poco común para los humanos.
Acariciaba las gotas de sangre que había sobre el libro, y que habían quedado impregnadas para siempre. Eran mías.
El dolor aun permanecía en mi cuerpo, y revivía el momento cada segundo, cada parpadeo me hacia ver la imagen. No tenía alas, pero en aquel instante, fue como si nacieran de mi alma. El sentir el dolor de las plumas siendo arrancadas brutalmente, me hacia encoger el cuerpo en posición fetal. En una oportunidad de respirar, alce la mirada y vi a Damon arder. Oía gritos los cuales rebotaban en mi cabeza y salían de mí de nuevo. La sangre inundaba las paredes a chorros, y la risa de aquellos dos vampiros era molesta.
Rompieron un ala de Catheryn por la mitad para poder avivar las llamas de Damon. Ella ya no gritaba, tan solo observaba. Mantenía la mirada firme en mi, hasta que forzó sus fuerzas para dedicarme la ultima sonrisa y poder irse tranquila.

Escribí dos días sin parar, describiendo cada sentimiento, y el dolor que sentía llenando paginas en blanco, donde se hallaba mi nombre escrito en un borde de las hojas.
Aquel diario contenía la pureza de mi madre y el fin de nuestras vidas.

Cuando estaba apunto de escribir la ultima pagina que quedaba, mi madre lo había echo por mi.

Allí a donde vallas, yo estaré. Cuando te marches, yo aquí te esperaré.

Cogí el libro, y poco a poco lo sumergí en el agua creando una gran mancha negra de tinta. La historia se había terminado.
Me levante lentamente, respirando profundamente, y mirando a lo lejos del cielo.
La fuerza me invadió de manera especial. Mire la cascada, y decidí correr los metros que me alejaban de ella. Sentía los pulmones llenos de aire, la sangre dispararse, y la piel volver a rejuvenecer.
Conseguí subir del todo, y ver la caída de agua desde una perfecta vista.
Retrocedí varios pasos, no hacia falta caer mas allá.
Al saltar, el aire me concedió oír el cantar de los pájaros, y el sonido de las plantas al ser zarandeadas.

Caí  en un pedregal de piedras afiladas acabadas en punta. Quede atravesada por varias partes de mi cuerpo.

No sentí dolor, si es lo que te preguntas. Aquello lo que me hizo sentir, fue tranquilidad y bien estar.

Ahora, te toca seguir.

1 comentario:

  1. Que emo todo... te has suicidado xD
    Pero enfin.. ya sta? no hay mas? pues vaya...
    aki se me han kedado lagunas eh.. xDD

    tQQQQ

    ResponderEliminar

Creyeron que podían usarme y tirarme. Intentaron hacerme pequeña. Sufrí muchas humillaciones, pero ahora estoy por encima de todo. Sí, el precio que pagué fue toda mi mida, pero al fin hallé una salida. Y si de lo malo puede salir algo bueno, el pasado descansa en paz. "Marilyn monroe"