Empecé a ser consciente de mi entorno, a escuchar ligueros ruidos que hacían eco en mi cabeza proporcionando un dolor agudo. Me dolía la cintura y la espalda hasta el punto de hacerme difícil el respirar. Por mi frente callo agua helada aunque ni me inmute al sentirlo ya que me calmo unos segundos aquella guerra dentro de mi mente.
Escuche un susurro muy leve, que no pude entender. Abrí ligeramente los ojos sin recibir ningún rayo de sol, a cambio visualice una silueta envuelta por ornamentos religiosos y amuletos.
-tranquila, estas a salvo.- esta vez la voz sonó mas alta que antes.
Mi mente acogió el sonido sin hacerme rabiar de dolor. Volví a sentir agua sobre la cara, pero esta vez quemaba y agudizaba el dolor. Retire la mano de la persona de mi frente para que aquello no me tocara más.
Conseguí abrir los ojos por completo y ver que la persona que me atendía era una vampiro llamada Enya, la conocía ya que era parte del grupo de golfas que había en el clan. Por lo que se ve ella a mi no me reconocía, si hubiera sido así, estaría Anthony ofuscado por saber que me había pasado.
Me di cuenta de que todo aquel ornamento era falso, ya que le produciría la muerte inmediata a cualquier vampiro.
-¿Sigo en el cementerio?
-Si, te encontré hace uno o dos idas gritando de una forma espantosa, te reventaste los tímpanos tu sola.
-¿No fue…?
Parpadee, así que la que gritaba era yo y no aquella maldita roca. Me incorpore para poder quedar sentada en el borde de lo que parecía ser un colchón viejo. La cintura no me dolía, pero la espalda empezaba a matarme, los pinchazos que sentía me indicaban que tenía algo roto o que algo no iba bien. En cuestión de segundos el dolor era insoportable y tenia clavadas las uñas en la espuma, apretando la mandíbula tanto como podía. Note como la piel se rasgaba como si la estuvieran abriendo con un bisturí, empezaron a crujirme todos los huesos creando una sensación asquerosa, sabia que me caía sangre por la espalda, sentía el olor y el calor, aparte Enya miraba atenta y rígida, sin atreverse a moverse. Levante la cabeza y vi lo que pasaba tras de mi ya que se reflejaba la imagen en dos espejos.
No aguante más y volví a gritar de aquella forma espantosa que tanto “respeto” me daba. Dos de mis costillas se rompieron y dieron toda la vuelta a la caja torácica sobresaliendo por las heridas que tenia en la espalda. Empezó a crecer en cuanto a grosor y largo. Era completamente negro, el hueso crecía hasta que se dividió en dos, formando una "V". El dolor desapareció por un momento, para volver aumentando el triple y haciendo crecer de golpe plumas grisáceas.
Dos alas completamente formadas fue lo que contemple. Conseguí moverlas y darme cuenta de que eran mías.
Enya de pie y en posición de ataque, bufando como una gata en celo cuando hay otra por medio se abalanzó contra mí. Levante la mano en su dirección y brillo una luz roja de su interior dirigiéndola hasta sonsacarla de su cuerpo para podérmela tragar.
Quede perpleja por lo que podía hacer con tan solo mover una mano.
A mí Enya me caía bien xD
ResponderEliminarEnfin, que está muy bien y creo que lo sabes de sobra jajaja
tQQQQQQQQQQQ