Yo la miro, pocos consiguen tener el privilegio de llamarme
por mi nombre completo, y pocos consiguen conocerlo realmente. Retiro la silla, y al poco tras de mi un
camarero se dispone a acomodarme la silla para mi conformidad. Me tiende la
carta y sonrío dulcemente, haciendo que el chico joven, de seguramente apenas
unos veintitrés años sonría como un bobo.
La abro, y el menú vuelve a ser el de cada viernes. Kendra ríe
dulcemente y yo me distraigo en pensar en las prisas de Alexander, en su forma
de despedirse que no hace más que privarme de respiración.
-¿Y la señorita? –Pregunto la voz del joven bobalicón,
parpadeo y le miro, encontrándome con un rostro más inocente de lo que
esperaba.
-Cordero con puré manzana, para beber una copa de vino
blanco Chardonnay – Cierro la carta de cuero marrón y la dejo en una esquina de la mesa. Este
tras apuntar los pedidos recogió las cartas, Jolene me miro escuchando los
pasos apresurados del camarero.
- La semana pasada faltaste a nuestra cita…- Reprocho en un
tono neutral esta, yo, que bajo la mesa tenía las piernas cruzadas cuadre los
hombros un poco más.
-Estuve muy ocupada- "Muy ocupada con Alexander". Sonrío,
calmadamente y ellas parecieron sonreír también.
Kendra bebió de su copa que solo tenía agua.
-¿Sabes ya cuando saldrá la colección?-Kendra como siempre,
impaciente por la moda.
Rio inevitablemente, son mis amigas, pero sé que tengo que
tener cuidado con ellas. Somos mujeres, que a nadie se le olvide.
-No, Kendra. Pero puedo asegurarte que será brillante,
dentro de unos días os llegaran las invitaciones, siento la demora por
hacéroslas llegar…- Miento, no quería invitarlas a ese desfile, y menos cuando
se trata de la presencia de un hombre mío.
-¿No sabes cuando sale, pero ya hay invitaciones?- Jolene
miro a Kendra, que la miro a ella también y yo las mire a ambas.
-Bueno, quizás sí que lo sepa, pero es un secreto que me han
hecho guardar- Reí levemente mientras ellas dos volvían a reírse y soltaban
comentarios que seguramente con hombres a su alcance no pronunciarían.
Nos traen la comida y confieso que aun habiendo desayunado
en casa de Alexander, mi cuerpo asimila comerse todo el plato e ingerir la copa
de vino que tan bien entraba por sí solo.
La charla no fue mucho más allá de lo habitual, cotilleos, y
comentarios de mujeres frustradas casi sexualmente sin motivo. Tras un par de
horas soy la primera en levantarme de la mesa tras pedir disculpas.
-Tengo varios asuntos que atender, prometedme que os
comportareis…-Bromeo, Kendra ríe, y Jolene se retira un mechón pelirrojo del
rostro mostrando la alianza de matrimonio.
-Vigila el camarero, lleva desde que te tomo nota mirándote.-
Kendra toma de nuevo la copa entre sus dedos y bebe, miro a la pelirroja y mira
hacia el camarero, pero yo no miro.
-Hasta el próximo viernes- Concluyo, camino entre las mesas con mi bolso de mano
negro de charol brillante y antes de salir, el hombre que me había recogido anteriormente
el abrigo me ayuda a ponérmelo, puedo ver ya el Cadillac desde la puerta de
cristal, me giro y abro el bolso de donde saco un billete para dar la propina,
encontrándome que el hombre que me ha ayudado aponerme el abrigo es el chico
joven que mis amigas decían.
Nos miramos, y sin
mirar un segundo el bolso meto la mano para sacarla de nuevo con algo más, se
la tienda a este, que agradecido coge el billete y ese algo más.
-Gracias- Comenta, yo me giro sin decir nada más y espero a
que me abran la puerta para bajar las escaleras y al poco, adentrarme en el
coche grácilmente.
Son las dos de la mañana y mis gemidos rompen el silencio de
mi casa. Una de mis manos se acomoda contra el cabecero de madera oscura,
imponiéndome un tope a mis movimientos secos y frenéticos. Mi otra mano se
ocupa de sostener mi torso alzado de la cama mientras mis rodillas están
clavadas en el colchón. Sus manos agarrando mi cintura me impulsan hacia atrás
cuando el empuja y arranca de mis entrañas el placer que se dispara en gemidos
por mi boca.
Las tres y media de la mañana, mis rodillas vuelven a estar
ancladas en el colchón, mi torso erguido y mi rostro mirando al techo mientras
mis manos, sobrepuestas sobre las de el, le imponen el tipo de masaje que
quiero en mis pechos sin dejarme de mover bruscamente.
*
~
~
Ha amanecido, la cama esta revuelta y yo ando en la bañera
envuelta en agua caliente y sales de baño.
No tardó demasiado en desayunar, si, bañándome ¿Por qué no? Pequeños
lujos de la vida para quienes lo aprecien.
Ando con el teléfono pegado a la oreja, los papeles de algo así
como una reunión en mis manos, pasando hoja tras hoja, casi sin leer lo que
pone.
-Quiero que las entradas y las salidas estén vigiladas, lo
he repetido ya dos veces-La voz de a otro lado parlotea, y yo no puedo más que
apartar el teléfono de mi lateral del rostro y colgar la llamada, ya se apaña.
Doy dos o tres golpes en la superficie de la mesa con el montón
de papeles en mis manos y estos se colocan correctamente ipso facto. Cojo una
separador y los archivo en un cajón del escritorio. Tocan a la puerta y el
rostro impasible de Alexander se deja
ver, pasando y cerrando rápida pero delicadamente la puerta y se acerca a paso
seguro a la mesa que yo rodeo, apoyando mis posaderas en la superficie, se
coloca frente a mí y no tardo en coger las solapas de su americana, alzando el
rostro y observándole.
-Hola-Murmuro, pero en sus ojos puedo ver que no está del
mejor humor. Dejo que me haga retirar la cabeza hacia atrás como de costumbre, cogiéndome
de la melena negra azabache.
-¿Dónde te metiste anoche?-La voz es grave, masculina, y me
retumba por todo mi interior cual elixir.
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Ante todo, pedir disculpas por la tardía en subir el capitulo... Me han pasado ciertas cosas que me han hecho ausentarme mayormente de la escritura y de la lectura si mas no.
Ya se esta haciendo en el horno la cuarta entrega.
¡Arrivederci!
Tan inocente de mí que pensaba que había pasado la noche con Alexander... No hay nada mejor que tener la riendas de una misma jajaja
ResponderEliminarEspero el cuarto, ya lo sabes ;)
Un besazo, tqq
Madame... que istória tensa y fuerte...
ResponderEliminarYo pensé lo mismo que Nana....jejejejeje!!!
Besos!