miércoles, 9 de enero de 2013

Mi dulce y delicada ñiña...



-...Repite conmigo- Dijo brusco y secamente.-Jamás me atreveré a buscar dolor en el placer.

-Jamás me atreveré a buscar dolor en el placer...-Repitió con voz inocente la niña de ojos castaños y melena  oscura.

-Esa es mi niña- Concluyo con una leve caricia en la cabeza, como si de un chucho se tratara aquel ser que no era más que su hija pequeña.




Un tirón, limpio y seco me hizo arrodillarme en el suelo de madera en parqué.


-Suplica- Ordeno él, tirando de la cadena que entre sus manos le concedía el poder de mi cuello.

Lo intente, intente suplicar. Pero la mordaza solo pudo ejercer su misión  no dejarme hablar. Los ojos le brillaron fieros mientras mi voz salía en forma de jadeo en un intento de hablar.

No sé cómo ha ocurrido, pero solo puedo pensar en que no sirvió de nada intentar ocultarme esta forma de vida de pequeña. La inocencia es un factor valorado aun siendo adulta, ¿inocencia fingida? Eso que más dará, es inocencia al fin y al cabo. Y es mi chispa para prender fuego en él.




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Creyeron que podían usarme y tirarme. Intentaron hacerme pequeña. Sufrí muchas humillaciones, pero ahora estoy por encima de todo. Sí, el precio que pagué fue toda mi mida, pero al fin hallé una salida. Y si de lo malo puede salir algo bueno, el pasado descansa en paz. "Marilyn monroe"