Padre, perdóneme…, confiéseme…, he pecado.
Pero desgraciadamente sabe tan bien pecar... ¿Verdad?
No se me va a hacer fácil la situación, incomodidad, mal estar,
malos humores... Pero da igual, he de cerciorarme de que es bueno, bueno para
mi y bueno para el.
Si supiera en ese instante, en esa sensación de inmensidad que el
universo se tragaría mi humanidad, mi sentir, mi pesar, no habría hecho
nada de todo esto. Quizás no lo habría disfrutado tan y como lo he hecho.
Busco una redención, y creo que la he encontrado apresuradamente.
Esta bien, esta bien... Se donde me encuentro, cual será mi imagen, y cual será
la situación a crear. Me da igual, eso es lo que suelo decir. Pero en el fondo
se, sabéis, sabemos, que no da igual.
"Perdóname, he pecado. La Lujuria me ha cegado, la Gula me
ha tentado, la Avaricia me ha hecho quererte solo para un fin, la Pereza me ha
hecho desfallecer en el intento de decir no, la Ira me ha nublado el sentir, la
Envidia por mi deseo insaciable, mi Soberbia por querer estar por encima de las
nubes.
Perdóname, por haber querido buscar en ti a la persona que jamás
he conocido, por querer sentir como si fuera distinto. No he sido buena para
ti, jamás lo he sido y seré."
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