lunes, 7 de febrero de 2011

Cap; 6.


Pasaron dos días desde que dormí en casa de Jared. Era Lunes, y como tal en mi apareció el resentimiento de ir a trabajar. Cogí el tren y me plante a mi hora en el trabajo. No sabía cómo sería su reacción de vernos en el trabajo, y si haría algún comentario.

La verdad, si lo hizo no me di cuenta o no llego a mis oídos. Aquel día lo vi varias veces de refilón, y estaba de allí para allá con el móvil pegado a la oreja y muy serio. Alejandro por otra parte me lleno de llamadas, de carpetas, papeles, etc.

Val la había pillado buena, había tenido que ir al hospital durante el fin de semana, debido a una infección de oído por la gripe. Intente contarle lo de Jared pero un ataque de tos me lo impidió ya que me colgó con un adiós breve mientras tosía. Me había cansado, cuando volviera al trabajo ya le contaría lo que había pasado, si todo se interponía para que no se lo contara, pues adelante, no se lo cantaría.

Acabe tarde, pero fue gratificante acabarlo casi todo. Al volver a casa Caitlín me llamo, su llamada me alegro el día, su risa me lleno de vida hasta que tuvo que ponerse a cenar. Cuando llegue a casa mi gata se froto contra mis piernas pidiéndome de comer. Me metí en mi habitación para cambiarme de ropa. Mientras me preparaba un sándwich le puse su comida en lata. Me quede apoyada en la encimera de la cocina mientras me comía mi cena. Escuchaba a Sisi ronronear mientras movía ligeramente su cola de un lado para otro. Cuando termine, me quede cruzada de brazos mirando hacia un punto. Nunca antes había ansiado tanto que alguien me mirara, o me diera algo de importancia. Me había gustado que él hubiera intentado acercarse tanto a mí, en un intento de besarme. Claro que… un sinfín de cosas que ahora lo eran todo en mi cabeza. ¿Realmente me estaba enamorando? Pero era estúpido, lo del beso había sido porque estábamos bebidos, y…

Sacudí la cabeza. Todo idioteces. Necesitaba dormir, pero no tenia sueño. Me fui al salón para tumbarme en el sofá y ver un rato la television. Vi el telenoticias, el tiempo, series, y sobre todo, publicidad. En algún momento me tuve que dormir, porque al día siguiente amanecí en el sofá con la gata acurrucada a un lado de mi cara.
Estornude al notar su pelo en mi cara y me puse en pie al hacerlo. Mire la hora, era pronto, así que me duche tranquilamente, mientras el café se preparaba.

Salí de casa sobrada de tiempo, así podría ir con calma. Cogí el tren como de costumbre, al subir, no había sitio donde sentarse, por lo que me quede en pie agarrada a una barra.  Llegue al trabajo y opte por adelantar trabajo antes de que Alejandro me metiera prisas. Antes de que terminara empezó a llegar la gente.

Cuando llego la hora del descanso no salí de mi despacho. Me quede recostada en un sillón que tenía en un rincón con el móvil en las manos. Tocaron la puerta con un par de golpes para después abrir la puerta y asomarse una cabeza que echo un vistazo.

-¿No bajas?-Me pregunto la voz de Jared.

-¿Para tragarme el humo de una colilla?-Cerré el teléfono y le mire.

-¿No te apetece salir de estas cuatro paredes?-Entro y cerró la puerta-Podríamos ir a tomar un café.

-Son tan solo cinco minutos de descanso…-Me senté bien y apoye mis codos en mis rodillas.

-Bueno, puedo convertir esos cinco minutos en algo más. -Sonrió.

-Entonces Alejandro me comería viva-Me levante y me senté en mi silla del escritorio.

Me miro los pies cuando camine. Si, iba sin los zapatos, una jornada entera con tacones era muy dura.

Tras ponerme los zapatos que se encontraban bajo el escritorio me miro a la cara.

-Tú recoge. -Salió del despacho en cuatro pasos.

Puse los ojos en blanco, este hombre estaba loco.  Recogí cuatro cosas no muy seguras de que me fuera a ir en ese momento. Cuando me di cuenta, Jared apareció con su chaqueta colgando de su brazo, y abriendo mi puerta.

-¿Lista?

Lo mire sin saber que decir, a su lado apareció Alejandro mirándome.

-Enseguida-Dije nerviosa.

-La necesito para que me ayude en el tema de unos papeles en mi oficina. Probablemente se pase lo que queda de jornada firmando papeles y ayudándome. ¿No te importa, verdad?-Miro a mi jefe y este negó con la cabeza.

-Tranquilo, no tengo más trabajo para ella. Espero que te sea tan buena como lo es aquí con el trabajo.-Le puso una mano en el hombro-Bueno, me meto a trabajar, los acuerdos con el banco no son fáciles-Dijo mientras reía irónicamente y estrechaba la mano libre de Jared.-Nos vemos mañana.

Y eso fue lo que hizo falta para que me dejara salir del trabajo antes de la hora.

Cuando pise la calle, Jared me dejo un momento a solas para ir en busca de su coche. Una vez montada en el me puse el cinturón y lo mire.

-No vamos a tu oficina ¿Verdad?

-Tengo a otra mujer que hace ese trabajo.-Arranco el coche-Vamos a por el café.


 
 Nos pasamos la tarde en la cafetería en una mesa apartada de las demás. Parecíamos a ver cogido confianza el uno en el otro en muy poco, y eso hizo contarnos varias facetas de nuestra vida. Aunque me fue difícil de omitir que tenía una hija, debido a que en mitad de la conversación me sonó el móvil. Jared parecía no inmutarse por el hecho de que tuviera una niña, cosa que me agrado.



Nunca antes me había reído tanto con alguien, incluso me lo estaba pasando mejor que cuando tomaba un café con Valhery. El café se nos hizo corto, aunque salimos de la cafetería alrededor de las nueve y veinte de la noche.

-Déjame llevarte a casa.-Me dijo cuando le acompañe a buscar el coche.

-No te dejo, te obligo-Dije riendo-Hace un frio que hiela, y…está muy oscuro donde yo vivo.

Jared se quedo quieto antes de abrir el coche. Me miraba fijamente.

-¿Lo dices enserio?-Dijo burlándose.

-¿Qué? Últimamente hay mucho vandalismo…-Dije ruborizándome.

Ambos nos reímos en el trayecto de mi comentario. Lo cierto era que algo de miedo sí que me daba el andar por esas calles sola. Dejo el coche en doble fila frente a mi portal, cundo me baje, él también lo hizo.

-¿Qué haces?-Le pregunte.

-Acompañarte hasta la puerta, vaya a ser que te atraquen-Me dijo con una sonrisa.

Subí las escaleras hasta para frente a mi puerta.

-Bueno…-Dije mientras me giraba hacia él-Ya he llegado.

Estaba cerca cuando sonrió dulcemente. No es que hubiera mucha luz, pero la pequeña bombilla que había en la entradita dejaba vernos las caras.

-Descansare más tranquilo pues.

No es que  él fuera muy alto, me pasara medio palmo no más, pero en ese momento  tuvo que flexionar un poco las rodillas para encontrar mi rostro. Entonces ocurrió. Me dio un leve beso en los labios que me hizo cerrar los ojos.

No fue más que un pico, pero me dejo algo tocada. Cuando ambos nos apartamos ninguno dijo nada, ni siquiera nos movimos. Ya estaba hecho, ya me había besado. Aunque quería un poco más. Lo agarre con cuidado de la solapa de la chaqueta y lo acerque a mí volviéndole a besar. Esta vez fue  algo más intenso.  Le agarre la nuca con una mano al tiempo que él  me sostenía de la cintura.

-Buenas noches-Dije cuando me separe cuidadosamente.

-Adiós-Me dijo mirándome.

Abrí la puerta y entre en mi portal, una vez dentro mientras subía las escaleras hasta mi planta me lleve dos dedos a los labios, me había encantado. Me había dejado llevar por fin, y había confirmado lo que sentía. Me precipite a la ventana dándome tiempo a verle subir al coche, antes de marcharse hecho un vistazo hacia mi bloque, tras ello, se marcho. Apoye mi frente contra la ventana fría y suspire empañándolo de vaho.


















Madame.B.

1 comentario:

  1. Pues de nuevo, un capítulo que me ha gustado mucho *.* Chica, has retomado la historia y te está saliendo mejor que antes incluso jaja Me alegro, me alegro xD
    Por cierto, primer beso... muy mono. Cosas que no pasan, por eso es bonito coño xD

    tQQQ!

    ResponderEliminar

Creyeron que podían usarme y tirarme. Intentaron hacerme pequeña. Sufrí muchas humillaciones, pero ahora estoy por encima de todo. Sí, el precio que pagué fue toda mi mida, pero al fin hallé una salida. Y si de lo malo puede salir algo bueno, el pasado descansa en paz. "Marilyn monroe"