martes, 25 de enero de 2011

Un final.





Llegábamos a Francia cerca del amanecer. Tuvimos que buscarnos un lugar donde guarecernos hasta que pasara el día y poder volver salir.

Vuelta a caer la noche, tomamos rumbo a palacio. Cuando llegamos, había dos nobles caballeros armados haciendo guardia. No parecieron dar mucha importancia al carruaje cuando lo dejaron pasar sin muchos miramientos.

Al bajar de este, mire a mis alrededores. Nada había cambiado desde que deje este lugar. Sin darme más tiempo para contemplar, Ryan me obligo a agarrarle del brazo a la vez que ordenaba coger el equipaje.

-No te creas que esto va a ser tan fácil…-Susurre ladeando la cara hacia él.

-Contigo a mi lado, creo que todo será mucho más fácil para lo que quiero.- Soltó antes de que se abrieran dos grandes puertas de madera maciza para dar paso a una sala con dos tronos. La sala en si estaba perfectamente amueblada, aunque vacía de presencia humana. Tan solo estaba a quien el tiempo había caído sobre él. Mi padre.

-¿Padre…?-pregunte separándome de Ryan.

Se giro lentamente con la boca abierta en una "O"  mientras sus ojos caídos por la edad me miraron de arriba abajo.

-No puede ser…-se acerco a mí a la vez que yo lo hacía-No has cambiado nada… Y pensé que…

-No padre, no morí, Ryan me salvo la vida, por decirlo así-Mire por encima de mi hombro observando como Ryan Obtenía un papel completamente fuera de su altura.-Por eso… Viene a pediros mi mano.

Mi padre en ese momento empalideció y temí que se quedara en mis brazos sin vida, pero en un minuto le vi volver a su color normal, y caminar hacia Ryan.

-¿Vos?-Pregunto mi padre dándome cuenta de que no había perdido su tono autoritario.

-Me enamore de su hija el día que la rescate, desde entonces, todos estos meses que han pasado, nos hemos ido conociendo y nos dimos cuenta de que estamos hecho el uno para el otro.-Concluyo Ryan.

-¿Y tu Katheryn, qué opinas?

Sin ganas algunas, volví al lado de Ryan abrazando su brazo y apoyando el rostro en su hombro.

-Si os preocupa su posición, no tenéis por que hacerlo, posee tierras fértiles, y está reconocido en Italia.

Me dio la espalda pensativo. No tenía muy claro como saltaría ante tal acontecimiento.

-Está bien, este es mi regalo de bienvenida hija, tenéis mi bendición y apoyo para casaros.

Aquello demostraba que no se olía nada. Menudo regalo pues, pensaría que era de mal gusto por no ser que sabía que no sabía nada de las intenciones de Ryan.

-Si no os importa, nos gustaría que la boda se celebrara lo antes posible y al anochecer.-Comento Ryan.

-Por supuesto, ahora hace calor durante la mañana,  en un día tendré a todos los invitados aquí presentes.

Ahora era yo la que quería empalidecer de Horror, ¿Invitados? Yo contaba con una boda más discreta, más… Tenía que tragármelo si quería terminar con esto.

Mi padre era hombre de palabra, y en un día organizo una boda con todo detalle. Sabía que lo había conseguido gracias al personal que tenía. Grande y encantador.

El día de mi boda, mientras me preparaban en mi habitación, una de la doncellas-gran amiga por aquel entonces-No me reconoció.

-¿Tanto he cambiado?-Dije irónicamente mientras Melania ataba el corsé a mis espaldas.

-¿Perdonad?-Pregunto desconcertada.

-Soy hija del rey, y que sepa he sido la única mujer de entre los hijos que ha tenido…Melania me es extraño 
que no me reconozcas.-La mire a través del espejo.

-Yo… yo…-Pareció enrojecer- temía equivocarme al nombrarla, señorita Katheryn.

-No temas, porque sigo siendo yo-Conteste mirándome.

-No habéis cambiado nada…-Camino frente a mí.

-Más de lo que llegáis a pensar he cambiado…

-Aun no he visto a vuestro prometido, ¿Quién es? ¿El joven que se encontraba en palacio y os traía loca?

No dije nada ante sus palabras. Me recordé del beso que me dio la última noche en palacio, aquí en la misma habitación, la mía. Lo echaba de... ¿Menos?

-¿Señorita?-Me cogió una mano preocupada.

-Gabriel esta muerto Melanie…

-¡Oh, cuanto lo siento!-Quiso seguir lamentándose pero la mire deteniéndola y volviéndola al trabajo.

Al terminar, me veía reflejada en el espejo con un vestido blanco impoluto, con un velo espeso y largo al igual que la cola del vestido. Llevaba un perfecto moño del que caían dos tiras de perlas blancas por encima de mi cabeza.

La gente hablaba fuerte y reía sin motivo mientras que Ryan se regocijaba entre la gente por sus encantos. Yo, desde la ventana esperaba a que empezara la ceremonia en la pequeña capilla del castillo. No tardaron en amontonarse en el lugar y llevarme hacia allí. Camine despacio y pensativa mientras me acercaba al altar.

Cuando llegue a colocarme al lado de Ryan el Padre de la capilla empezó a hablar, no me encontraba cómoda en un lugar religioso, y pensé que Ryan tampoco aunque lo disimulaba bastante bien.

Observaba cada rincón de la pequeña iglesia, mientras pensaba en nada. En una de las esquinas oscuras, vi a Dravulia, quien tenía la cabeza agachada y las manos recogidas frente a su regazo.  A mi lado, se encontraba mi padre, quien al cruzar nuestros miradas, nos dedicamos una de tristeza y compasión. Mientras le miraba, escuche decir mi nombre tras unas cuantas palabras. Entonces Ryan me dio un pequeño toque en el brazo.


-¿Qué?-Pregunte en voz baja.

Entonces la pregunta se formulo.

-Tú, Katheryn, hija del rey de Francia, ¿Quieres a este hombre, Ryan Martire, como esposo?

Una presencia me hizo desviar la mirada,caminaba a paso rápido al lado de los invitados y mirándome. ¿Era Gabriel? ¡No podía ser! ¿Acaso estaba alucinando? Al mirar hacia detrás, vi a Víctor. ¿Cómo habían venido tan rápido? Aquello estaba siendo una locura.

-Contesta querida-Dijo impaciente la voz de Ryan.

Volví a echar la mirada hacia detrás, observando como Víctor me mostraba mi guante. Mire a mi padre, quien tras mirar a Víctor me miro. Parecía reconfortado, contento, y parecía haber un brillo en sus ojos. 

Tras unos segundo, sonrió y asintió.

-Tú, Katheryn…

-No hace falta que lo repita padre, se la respuesta-Me levante a la vez que pronuncie-No.

Ryan pareció explotar en su interior.

-¡¡Maldita!!-Se abalanzó sobre mí.

Pero antes de que me tocara, la voz de mi padre cortó el momento tajantemente.

-¡Detenedle por traición a el país, por brujeria y por usurpación de corona!

Diez soldados armados con espadas y ballestas, aparecieron de detrás de una enorme cruz que había allí. Los invitados no se movían expectantes ante la situación, al igual que yo. Estos consiguieron reducir a Ryan.

Fui directa hacia los brazos de Víctor mientras me quitaba el velo del peinado cuando  me acogió con delicadeza mientras besaba mi cabello.

-¿Cómo…?-susurre.

-Dejaste suficiente sangre en su cuerpo, para que lo convirtiera e hiciera sanar sus heridas-Susurro en mi oído.

-No, eso no, como puedes estar aquí en este momento…

Me separo de él y miro a mi padre, quien al lado de Gabriel sonreía.

-¿….Lo sabía?-Mire a mi padre sorprendida.

-Envié una paloma mensajera, suelen ser rápidas. Igual que el conductor y los caballos que envió  tu padre a por Gabriel y a por mí.

-Y ahora, en presencia de todos, quiero hacer saber que nombro como legitimo Rey a quien se encuentra a mi lado-Se giro hacia Gabriel tendiéndole una mano.

En ese momento me quede sorprendida, hasta que este le estrecho la mano riendo.

-Buena forma de mantener a Ryan encerrado toda la eternidad…

En ese momento mi padre se acerco a nosotros y apoyando una mano en el hombro de Víctor y mío diciendo;

-Hay una boda por celebrar, adelante.
























Quizá, muchos os esperabais un final mas malévolo como alguien muerto, o algo así. (O todos muertos también...) Pero no he encontrado una buena manera, en la que me guste claro, de acabar con la vida de unos personajes, sin hacerlo algo fantasma o poco creíble y repetido, habría quedado peor de lo que queda ya...[Para mi]


Madame.B



Quizás, vuelva a empezar la novela anterior a esta.

1 comentario:

  1. El final está bien planeado, pero ha sido demasiado rápido. Me he quedado un poco flipada con lo de Gabriel, todo hay que decirlo xD

    Bueno, una historia más para la colección jaja
    Ahora me toca esperar la siguiente.

    tQQQQQQQQ

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Creyeron que podían usarme y tirarme. Intentaron hacerme pequeña. Sufrí muchas humillaciones, pero ahora estoy por encima de todo. Sí, el precio que pagué fue toda mi mida, pero al fin hallé una salida. Y si de lo malo puede salir algo bueno, el pasado descansa en paz. "Marilyn monroe"