domingo, 26 de septiembre de 2010

Prometo que...



-Prometo que, mi hija, próxima heredera del trono, se case con vuestro hijo, marques de Aveyron,  al cumplir los dieciocho años de edad.

Tuve que cerrar los ojos tan fuerte como pude, para que no me saltaran las lágrimas. Inspire aire y mire a mi padre quien junto a mi madre me miraban con una sonrisa en el rostro. No saldría frente a toda aquella gente y menos para verme frente a frente con un crio al cual le superaba en número de edad. Cogí mis faldas por los extremos y di una fina reverencia, la gente aplaudió, aunque se acabaron tajantemente cuando me di la vuelta y me fui hacia mi alcoba. Cuando doble la esquina del pasillo empecé a correr, no tenía ganas de que nadie me frenara y menos los repelentes que envolvían a mi padre comiéndole la cabeza con infinitas palabras sin sentido. Una vez en mi habitación trabé la puerta con una silla. No tardaron en dar golpes en esta e intentar abrirla a golpes. Había logrado posponer mi matrimonio durante años, a los trece, a los quince a los diecisiete… Pero ahora ya me era imposible, no se podía concebir la idea de que una princesa no estuviera casada a esa edad.

Espere casi una hora a que muchos de los que estaban al otro lado de la puerta se marcharan, hasta que solo se quedaron mis padres, quien tras mucho hablarme decidieron dejarlo y hablar al día siguiente. Mejor, así podría pensar. Mire por la ventana y contemple las luces de todas las casas de la aldea, lo que daría por una vida así de sencilla y no tener que estar discutiendo por cuestiones de poder y esa parafernalia que no me gustaba nada. 

Vi partir el último carruaje de la entrada de palacio, y respire aliviada. La puerta volvió a ser golpeada.

-No voy a abriros.

-Soy yo Katheryn-Un susurro atravesó rápidamente el aire.

Me dirigí rápidamente a la puerta y la abrí un par de dedos.

-Pasa-Acabe de abrir la puerta lo justo para que pudiera entrar.

Al cerrar ambos nos abrazamos.

-No tendrías que negarte-Dijo él.

-No quiero casarme y menos con ese…-iba a pronunciar un insulto pero tuve que oprimirlo en mi garganta.

-Ya van demasiadas veces, empezaran a sospechar.-Retiro un mechón de mi frente.

-Puedo poner como escusa que por ser hija bastarda no merezco el trono-Recapacite-Y es verdad, no lo quiero-Le mire fijamente.

-Eso no le servirá a tu padre, solo lo sabe él y su esposa.

Odiaba la situación constante en la que me encontraba. Hija bastarda de una madre ejecutada por adulterio, digna de el trono, aquello sonaba a locura. Pero mi padre no estaba en sus cabales.

-¿Estás bien?-pregunto rompiendo el hilo de mis pensamientos.

-¿Eh?-Parpadee y sonreí- Sí, solo pensaba.

Apoye mi frente en su hombro y el apoyo su cabeza en la mía. Casarme con alguien a quien no amaba realmente era un gran castigo y más si amabas a otra persona. Levante el rostro y le mire, los ojos se me cristalizaron en segundos por culpa de las lagrimas.

-No te preocupes, ya se nos ocurrirá algo.

No me tranquilizo mucho el hecho de planear algo para no casarme, me ponía más nerviosa por el hecho de que nos cogieran. Sus brazos me oprimieron contra él con fuerza y delicadeza mientras que nuestros labios se fundían.

Nadie se llegaría a imaginar en la historia que una princesa deseara a un sirviente más que un marques, conde o cualquier otro príncipe del mundo. Yo ya tenía a quien darle todo lo que tenía y no necesitaba a nadie más en el mundo.

Los besos se me fueron de las manos y aparecieron entre medio caricias y suspiros. No pude imaginar lo que ocurriría cuando mi padre entro sin llamar y haciendo crujir el marco de la puerta, casi destrozando la pared.

Lo arranco de mis brazos y lo golpeo enviándolo contra la pared.

-¡No, papa!-Coloque bien la manga de mi vestido e intente ir hacia él.

-¡Quieta!- Me paró en seco- Tienes la sangre de tu madre ¡Rebelde! No dejare que eso te posea, ¡Serás encerrada en un convento para el resto de tus días!

-¡No, no!-Empecé a llorar- ¡Por favor, padre!-Me arrodille para suplicarle.

-¡Guardias!-Grito el doble de fuerte que antes.

Los guardias llegaron y mi querido me miro con miedo, Intente acercarme a él y cogerle una mano, cuando lo intente lo amarraron de los brazos poniéndolo en pie. Mi padre me agarro de la nuca con fuerza y me levanto. Me lanzo contra un guardia para que me sujetara y asi lo hizo, Mire como se acercaba contra a él y tuve miedo.

-Y tú, desaparecerás de la faz de la tierra.-Golpeo su cara.

El sello que llevaba mi padre rasgo la piel del chico del cual empezó a emanar sangre. Su mejilla no tardo en verse cubierta de rojo mientras que mi padre volvía a golpearle en el mismo lugar.

-¡Basta!-Me zafe del guardia y me abalancé contra el brazo de mi padre-¡Déjale, la culpa es mía!

Subestime su fuerza. Con tan solo zarandear su brazo me lanzo al suelo de un gran empujón, me agarro el mentón y las mejillas apretando contra mi mandíbula con fuerza prohibiéndome hablar.

-Furcia-Pronuncio mientras sus ojos atravesaban mi mente.



Sí, he cambiado de historia, la otra no me gustaba, a ver si esta va mejor, y si no, pues tambien x)

1 comentario:

  1. Bueno, esta historia parece haber empezado con más acción que la otra jaja A primera vista engancha más, pero yo sigo diciendo que con la otra no habías hecho más que empezar, pero allá tú. Que no quiero decir que esta no me guste, que me gusta eh, ojo *.* Está muy bien xD


    tQQQQQQQQpetardademicorazon Oo

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Creyeron que podían usarme y tirarme. Intentaron hacerme pequeña. Sufrí muchas humillaciones, pero ahora estoy por encima de todo. Sí, el precio que pagué fue toda mi mida, pero al fin hallé una salida. Y si de lo malo puede salir algo bueno, el pasado descansa en paz. "Marilyn monroe"