lunes, 20 de septiembre de 2010

Metro&Tren.





-¿Qué dices? Menuda putada.

-Si…No sé si me habrá llamado al final.- Empecé a bajar las escaleras del metro.

-Bueno, no te preocupes, seguro que estará bien- Paso la tarjetita por la maquina.

-Eso espero, quería hablar con ella-Hice lo mismo y volvimos a bajar unas escaleras llegando al Metro.

Estuvimos hablando del trabajo y la familia, y de vez en cuando ambas quedábamos en silencio. Tuvimos que quedarnos de pie, ya que los asientos estaban todos ocupados, y para uno que había libre, decidí cederlo a una mujer que estaba embarazada. Cuando llegamos a nuestra parada, ambas nos bajamos y salimos a la calle. Val me agarro del brazo, y pensé que se había tropezado o algo similar.

-¿Estás bien?

-No me digas que no te has dado cuenta-me miro con los ojos iluminados.

-¿Cuenta de que, Val?-Mire la boca del metro, del cual no salía ya nadie.

-Madre del amor hermoso, había un chico moreno que no dejaba de mirarnos-Soltó una de sus risillas nerviosas-Mas mono…

-Dios, ¡pero que susto me habías pegado!-Le di un toque en el brazo y ambas reímos.

-Nunca lo había visto, mañana hablo con él-Dijo mi amiga como confirmación.

-Ni se te ocurra, si quiere algo, que sea él quien dé el paso de hablar contigo-Seguíamos caminando.

Nos despedimos en una calle, ambas tomábamos direcciones diferentes. Llegue a mi portal, y me encontré con una vecina.

-Buenas tardes-Dije educadamente abriéndole la puerta y manteniéndola abierta para que entrara.

-Gracias hija-La mujer iba cargada con varias bolsas.

-¿Quiere que la ayude?-Cuando entro, deje cerrar la puerta.

-No tranquila, puedo subirlo por el ascensor-Dijo a la vez que presionaba el botón que se ilumino en rojo al momento.

-Pues yo voy subiendo, adiós-Sonreí y empecé a subir escaleras, vivía en un tercero, así que en pocos  minutos estuve ya en mi casa dejando el bolso y la chaqueta sobre el recibidor abalanzándome casi sobre el fijo de mi casa.

-Once perdidas, no sé quien estará más preocupada -reí, y marque el numero.

Dieron varios tonos hasta que una voz hablo al otro lado de la línea.

-¡Mi amor!-Exclame al escucharla- ¿Cómo estás?-Su vocecilla empezó a hablarme y a contarme el día- Mama te echa de menos, lo sabes ¿Verdad? Dentro de poco nos volveremos a ver, dale recuerdos a papa, te quiero cielo, adiós, buenas noches. -Sonreía aunque sabía que  ella no me veía, al colgar el teléfono me note cansada.

Fui hacia mi dormitorio y cogí un pijama sencillo junto con la ropa interior, quería ducharme.

Caitlín era mi única hija, y ahora se encontraba con su padre en Alemania, custodia compartida. Llevaba a penas tres días con su padre y me llamaba a cada instante, sabía que estaba la mayoría del día sola, debido a que el otro se lo pasaba o apostando, o trabajándose a su amante, si, volvía a estar casado y seguía engañando a la primera amante con la que me engaño a mí, con otra. Era enfermizo, había veces que me negaba en rotundo a cedérsela, pero con el hecho de que no me quitara la custodia, tenía que aceptar que era su padre. Me duche y me vestí aun con el pelo chorreándome, lo seque con una toalla y lo peine en un moño por encima de la nuca. Tenía el pelo cobrizo, un marrón tirando a panocha que por el verano relucía como ninguno, pero que por el invierno se volvía casi oscuro, tan negro como la noche. Era de estatura media,  media para mi, para Valheria era alta, ya que media casi 1’75 cm sin tacones. No estaba totalmente delgada,  no al extremo de llegar a marcarse todos los huesos de mi cuerpo. Me senté en el sofá y encendí la tele un rato, las noticias eran repetidas, y las series eran pésimas, menos en un canal, que conseguí ver una buena peli. Sisi, mi gata, se subió a mi lado y empezó a ronronear mientras que rascaba detrás de sus orejas. La película termino y me extrañe de no haberme quedado dormida durante las largas publicidades. Apague la tele y me metí en la cama sin cenar nada.



Eran las ocho de la mañana cuando mi despertador se puso en marcha con las noticias, con pereza me levante y fui descalza hacia el baño. Me limpie los dientes y volví a peinar mi pelo, ya que se había enmarañado en una buena mata de haber dormido con el mojado. Me di con el secador para moldearlo un poco y saliendo del baño fui a prepararme el café la mañana junto con una tostada con mermelada. Mientras desayunaba sentada en el taburete de la cocina, la gata apareció con cara de dormida. No pude resistir el reírme con la boca llena, cuando volví a mirarla maulló y se sentó frente a mi pidiéndome su desayuno. Le puse su comida de lata y metí en el lavavajillas lo poco que había ensuciado. Abrí el armario eligiendo ya la ropa para trabajar, mire el reloj, mierda, el tiempo se me comía, tenía que salir a las nueve y eran menos veinte. Cogí un pantalón negro de traje y una blusa blanca junto con unos tacones blancos y negros. Me maquille un poco y cogiendo lo justo salí de casa pitando. El tren se me había escapado ya, así que preferí coger un taxi. Por el camino logre meter la blusa por dentro del pantalón disimuladamente sin que el taxista se diera cuenta. Me puse la chaqueta del traje una vez llegue a mi empresa y pague al conductor. La rutina fue la de siempre, aunque un poco más calmada, Val se permitió traerme un café y quedarse allí un rato para hablar conmigo.

-Has vuelto a perder el tren, ¿no?

-No he llegado tarde-La mire mientras bebía de mi café-¿Acaso se ha quejado el jefe?

-No, no-Dejo el vaso en la mesa-Solo… que me has dejado sola frente al bombón del metro.

-No me digas…

-No, no, no he hablado con él ni él conmigo, tenía la mirada perdida en otro sitio. Además tienes razón en lo que me dijiste, a ver si hay suerte-junto las palmas moviéndolas como un avaricioso rico.

Sonreí, al menos seguía mis consejos. Val siempre había sido una cabra para esos temas y salía perdiendo.

-Tampoco digo que te hagas ilusiones con él Valhery-La llame con otro tantos de sus nombres.

-Ya lo sé, pero…Lo último que se pierde es la esperanza, ¿no?-Miro la hora-Chica, tengo que dejarte.

-Sí, tengo que cerrar un trato y seguro que Alejandro lo querrá para última hora.

Val me dio dos besos.

-¿Iras en metro?-Me pregunto antes de salir

 
Yo asentí y ella sonrió, volví a ponerme frente al ordenador. Tal y como supuse, Alejandro me llamo a última hora para pedirme el contrato del acuerdo. Por suerte ya lo tenía imprimido y preparado en una carpeta para llevárselo. Cuando se lo di, directamente me dijo que ya me podía ir a casa, que había terminado por hoy. Aquello me alegro el día, aunque tan solo fuera por una hora libre que me dio. Cuando recogía las cosas baje a por Val.

-Podemos irnos-Le dije.

-¿Qué?-levanto la mirada del escritorio.

-Vamos, te quedan cinco minutos para terminar, porque te vayas un pelín antes no pasara nada.

-De acuerdo-Recogió y salimos juntas.
 
 Paseamos por las calles de tiendas, ya que Valheria insistió en esperar el tren de las cinco y diez para poder verle. Yo me compre unos zapatos preciosos rojos que a Val no le acabaron de gustar, pero para mí fue amor a primera vista. Al bajar al Metro, ambas íbamos con dos bolsas de haber comprado cosas. Parecíamos las típicas obsesas por las compras y el derrochar dinero era lo único que nos importaba. Al entrar en el Metro Val pudo sentarse.

-Ostras nena, no tienes sitio...-Miro a su alrededor mirando si había hueco.

-No te preocupes-Reí-Puedo soportar el estar de pie.

-Ten, siéntate aquí.

Val abrió los ojos de par en par, y tuvo que cerrar la boca cuando vio que su Bombón me cedía el asiento.

-Yo…-Mire a mi amiga quien me devolvió la mirada y mire al chico-Gracias.

-De nada-Se fue hacia la barra de la puerta para poder agarrarse.

Permanecimos calladas la mayoría del tiempo, ya que no nos atrevíamos a decir nada. Yo intente mirar al chico con tal de encontrar que era lo que le atraía tanto hacia él a mi amiga, pero no podía, tres veces que lo intente y  tenía la mirada clavada en mí. En una de las paradas el bajo y mi amiga y yo volvimos a hablar eufóricamente sobre el momento.


1 comentario:

  1. Te juro que casi me quedo cienga leyendo, pero que conste que lo he hecho, es un mérito que no todo el mundo está dispuesto a conseguir xD En fin, a ver si la cosa se pone más interesante con ese... "bombom" xDDDD


    tQQQQQQQQQQQQQQQ

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Creyeron que podían usarme y tirarme. Intentaron hacerme pequeña. Sufrí muchas humillaciones, pero ahora estoy por encima de todo. Sí, el precio que pagué fue toda mi mida, pero al fin hallé una salida. Y si de lo malo puede salir algo bueno, el pasado descansa en paz. "Marilyn monroe"