-Con grandes cantidades de vino, querido.-Baje las escaleras- haced lo que os plazca, esta noche será movida.
Estuve en la azotea gran parte de la tarde, la torre disponía de unas grandes vistas sobre Montpellier, la luna estaba cubierta completamente por nubes negras cosa que sabia el por qué, allí hacia donde viajemos, se instalara una gran tormenta para dejarnos salir al sol, y que la población se quede sin luz durante nuestra estancia. Escuche el primer carruaje llegar a kilómetros, baje las escaleras y me encontré a Giselle y Erdély preparados.
Les mande tomar sangre, pues estaban pálidos como una hoja de papel. Al entrar en mi cuarto, mis cinco doncellas estaban preparadas para atenderme. Tras darme una ducha y arreglar mi peinado, empezaron a vestirme, apretaron el corsé todo lo que podían ya que no podía deformar mis órganos.
-Señora-Una de las doncellas agacho levemente la cabeza en modo de respeto tras ponerme perfume.
-Anna, ¿te agradaría ser mi hermana por esta noche? Presentare a mis amigos como familia, y me falta alguien con tu edad para completar la mentira- Abrí un pequeño baúl, sacando dos colgantes iguales.
La vi parpadear varias veces.
-¿Vuestra… hermana?- Aferraba el frasco como si estuviera a punto de romperlo.
-Tranquila-Me colgué uno de los collares, y me posicione tras Anna-Tan solo por esta noche-Me acerque a su oído - seguirás siendo como eres, si es esa tu preocupación.- deslice por su cuello el colgante.
-Por, por supuesto mi señora-Tartamudeo temblorosa Anna.
Empecé a escuchar el bullicio de la gente tan solo acercarme a la puerta para salir, la fiesta acababa de empezar. En una de las mesitas de el pasillo tenía preparada mi mascara, ¿que era una fiesta de disfraces sin ellas? Sentía rabia al pensar que ya nadie se acordaba de las mascarade en toda regla, y ahora lo llamaban vulgarmente fiesta de disfraces.
Coloque la máscara a la altura de medio rostro sosteniéndola, y me posicione en lo alto de la escalera observando, Erdély no tardo en aparecer a mi lado.
-Marquesa-Sostuvo mi mano en alto para poder bajar las escaleras.
-¿Y Giselle?- Observe a toda aquella gente, la cual había dejado de hablar y se había vuelto para mirarnos.
-Acatando vuestras órdenes.- Al llegar al salón donde se encontraba la multitud, Erdély y yo, dimos nuestros más falsos respetos a aquella gente con una fina reverencia.
-¡Disfrutad de la velada!- Dijimos al unisonó, entonces todo estallo en aplausos.
-Mi rey.-Mire a el hombre que era capaz de embaucar a cualquier dama con la mirada, y sonreí mostrando las puntas de mis colmillos.
Entonces me saco a bailar al centro del salón donde los violines sonaron dando pie oficialmente a la fiesta.
tiene pinta de acabar de forma muy sangrienta xD
ResponderEliminarMe gusta como te está quedando, aunque todavía no haya llegado lo bueno de verdad Oo
En fin petarda, a ver si hablamos coño, que a base de comentarios por el blog y sms no nos podemos comunicar como es debido xD
tQQQQQ