viernes, 22 de julio de 2011

Prólogo.


1796, 12 de mayo. Venecia.


Abría dicho ser feliz hacia unos días, pero la felicidad se había esfumado de su vida tan misma la noticia había llegado a sus oídos. 

Le costaba mantener los ojos abiertos y fijar la mirada al frente mientras recibía el consuelo de sus amigos.  El cura leía los versículos mientras con una mano daba vida a esas frases, aunque para Elise ya no tuvieran fuerza suficiente para levantarla del gran bache. Sentía su rostro empapado en lágrimas e inútilmente secadas con el pañuelo de seda que amablemente le había tendido su esposo y que ahora la tenía abrazada con fuerza contra su hombro...
 








  












Madame.B

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Creyeron que podían usarme y tirarme. Intentaron hacerme pequeña. Sufrí muchas humillaciones, pero ahora estoy por encima de todo. Sí, el precio que pagué fue toda mi mida, pero al fin hallé una salida. Y si de lo malo puede salir algo bueno, el pasado descansa en paz. "Marilyn monroe"